
El Día del Trabajo se tiñe de tensión en el Centro Histórico
Lo que comenzó como una conmemoración de lucha obrera se convirtió en una jornada marcada por la violencia y el caos. Durante la tradicional marcha del Día del Trabajo en la Ciudad de México, un grupo identificado como Bloque Negro protagonizó enfrentamientos con elementos de la policía capitalina y realizó diversos actos vandálicos en el Centro Histórico.
Desde las primeras horas de la tarde, el contingente radical, conformado por jóvenes encapuchados vestidos de negro, comenzó a provocar destrozos en la vía pública. Entre las calles de avenida Juárez y 5 de Mayo, rompieron vitrinas, realizaron pintas y lanzaron objetos contundentes como piedras, botellas y hasta petardos contra los elementos de seguridad pública que resguardaban la manifestación.
Comercio y ciudadanía, las principales víctimas
La situación escaló cuando los encapuchados comenzaron a agredir también a establecimientos comerciales. Cafeterías, tiendas de conveniencia, farmacias y hasta un hotel resultaron con cristales rotos, mobiliario dañado y fachadas cubiertas de consignas agresivas. Los trabajadores de estos negocios debieron resguardarse en los sanitarios o cerrar sus locales para evitar ser víctimas de la violencia.
Muchos peatones y asistentes a la marcha —incluyendo adultos mayores, mujeres y niños— tuvieron que replegarse o refugiarse ante el temor de ser alcanzados por los proyectiles o quedar atrapados en los disturbios. La atmósfera de protesta laboral se desdibujó frente al espectáculo de violencia sin sentido.
Operativo policiaco y control de daños
Ante la agresión, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegaron un operativo de contención. Utilizaron extintores para repeler los petardos y controlar la dispersión de los agresores, sin recurrir al uso de gas lacrimógeno u otro tipo de armas, lo cual fue valorado por organizaciones civiles como una muestra de contención institucional.
Durante las revisiones, se decomisaron mochilas que contenían varillas, cadenas, cuchillos y martillos. La autoridad aseguró que, a pesar de la violencia, no se reportaron personas lesionadas ni entre los uniformados ni entre los asistentes, aunque sí se documentaron múltiples daños materiales en infraestructura urbana y negocios.
La otra cara de la marcha: organización y protesta pacífica
Cabe destacar que la mayor parte de los contingentes sindicales y colectivos sociales marcharon de forma pacífica. Miles de trabajadores, académicos y estudiantes se manifestaron por mejores condiciones laborales, respeto a los derechos laborales y el cumplimiento de acuerdos colectivos.
Lamentablemente, el protagonismo de los actos violentos desplazó la visibilidad de estas demandas legítimas. Muchos asistentes manifestaron su frustración ante los medios, señalando que el Bloque Negro «usurpa luchas ajenas para sembrar miedo», desvirtuando el sentido histórico del 1 de mayo.
Seguridad y responsabilidad social
La Jefatura de Gobierno y la Secretaría de Seguridad hicieron un llamado a mantener la protesta social dentro del marco legal y a no permitir que grupos minoritarios manchen el derecho legítimo a manifestarse. También señalaron que se analizan videos y pruebas para identificar y sancionar a los responsables de los actos vandálicos.
Expertos en derechos humanos, por su parte, insisten en la necesidad de una estrategia diferenciada que permita proteger el derecho a la protesta pacífica sin tolerar la violencia como método de expresión.
Una jornada con lecciones urgentes
El saldo de esta jornada deja una lección clara: el derecho a la protesta debe ir acompañado de responsabilidad colectiva. Los actos vandálicos del Bloque Negro no solo afectaron a la autoridad, sino a la ciudadanía trabajadora que justamente conmemoraba un día de lucha histórica.
El reto para las instituciones es claro: garantizar seguridad sin criminalizar la protesta, y para los manifestantes, mantener la dignidad de sus causas sin permitir que la violencia las desvirtúe.