
En la cima de la montaña melódica, donde los acordes flotan como nubes y las voces se entrelazan como amantes barrocos, hay una canción que ha sido durante décadas el tótem sagrado de los armonistas: “Because” de The Beatles. Pero —y aquí viene el pecado— no es la única. Ni siquiera es necesariamente la mejor.
Sí, lo sé. ¿Cómo atreverse a cuestionar algo que John, Paul y George grabaron con tanto misticismo, duplicando sus voces hasta formar un coro de nueve ángeles psicodélicos? Pero la verdad, como el buen humor negro, pica: existen canciones con armonías más sofisticadas, más osadas y, para decirlo con todas sus letras, más impresionantes.
Empecemos con la herejía mayor: “God Only Knows” de The Beach Boys. Compuesta por Brian Wilson en 1966, este tema no solo es más viejo que “Because”, también es más dulce, más triste y más complicado en términos de armonía. Es como si Bach se hubiera metido al estudio con un ukulele en una playa de California. Su estructura coral está tan finamente tejida que cualquier productor moderno tendría que sentarse a tomar notas antes de abrir el Pro Tools.
Y luego está “Bohemian Rhapsody”, esa ópera portátil de Queen que no necesita presentación. Mientras Lennon se inspiraba en Bach, Freddie Mercury decía: “sujétenme la cerveza” y nos daba una fuga vocal, un himno de estadio y una tragedia shakesperiana… todo en seis minutos. Su pasaje coral no es solo grandioso, es un monumento a la exageración bien hecha.
¿Querías más? “Surf’s Up” (otra de Wilson, porque cuando la genialidad pega, pega doble) lleva la armonía a un plano casi litúrgico. Y si pasamos al siglo XXI, Imogen Heap con “Hide and Seek” construyó una catedral sonora usando solo su voz, un vocoder y mucho dolor existencial. Porque no hay nada más armónico que estar rota digitalmente.
Y no olvidemos a Radiohead, los profetas del disonante desencanto. En “All I Need”, las armonías no se cantan, se sienten: con cuerdas tensas como el sistema de salud británico y una producción que parece preguntarte si realmente todo está bien (spoiler: no).
Pero tal vez la joya más infravalorada en este festín armónico sea “The Prophet’s Song”, también de Queen. Un canon vocal que haría levantarse a Palestrina de su tumba para aplaudir. Porque si vas a mezclar rock, fantasía medieval y matemáticas vocales, hazlo bien.
Así que sí, “Because” es hermosa, casi mística. Pero no es única. En el universo de la música, las armonías son como las verdades incómodas: están ahí, esperando que alguien las escuche sin miedo a romper el mito. Porque, como en la política, en la música también hay vida más allá de los Beatles.