En la Plaza de la Democracia, bajo un cielo que apenas permitía un respiro al sol, Alejandro Armenta, gobernador electo de Puebla, ofreció un mensaje que resonó como un susurro esperanzador en los oídos de muchos: su gobierno será cercano, itinerante y humano. Entre aplausos y miradas curiosas, Armenta pintó un futuro donde «más territorio y menos escritorio» será el mantra de su administración.
Casa Puebla: Un hogar para quienes más lo necesitan
Uno de los anuncios que arrancó más aplausos fue la transformación de Casa Puebla. El emblemático inmueble, que durante años funcionó como residencia oficial de los gobernadores, dejará atrás su exclusividad para abrir las puertas a quienes más lo necesitan. «Casa Puebla será para el pueblo, no para quienes tienen dinero. Ellos pueden comprarse su casa», dijo Armenta con una sonrisa de determinación.
La casa será un refugio para niños en situación de calle y sectores vulnerables, conservando también espacios como la unidad de quimioterapia, el teatro al aire libre y un bosque diseñado para jóvenes. Este gesto, señaló el gobernador electo, no es solo simbólico: «Es el primer paso para demostrar que gobernar es servir».
Un gobierno que camina junto a su gente
Con una energía que pocos mandatarios proyectan en campaña, Armenta aseguró que su equipo no gobernará detrás de un escritorio. «Supervisaremos escuelas, clínicas, carreteras y hasta el alumbrado público. Queremos estar donde la gente está, en mercados, comunidades y calles», explicó.
El mandatario electo prometió que este acercamiento no será un acto de campaña permanente, sino una práctica de gobierno. «Cuando estás en el territorio, entiendes de primera mano las necesidades y puedes actuar rápido. Puebla merece un gobierno que sienta y actúe como su gente».
El corazón de la 4T en Puebla
Fiel a los principios de Morena, Armenta subrayó que gobernará con el lema «Por el bien de todos, primero los pobres». Este compromiso, afirmó, no solo será un discurso, sino la columna vertebral de sus políticas públicas. «Con el pueblo todo, sin el pueblo nada», recordó, convencido de que la cercanía con la ciudadanía será la clave para consolidar un gobierno inclusivo y efectivo.
Un símbolo de cambio y esperanza
La decisión de transformar Casa Puebla y convertirla en un espacio para los sectores más vulnerables no es un acto aislado, sino una muestra del tipo de administración que Alejandro Armenta promete liderar. «Queremos que cada acción refleje nuestra esencia: un gobierno humano, dinámico y presente», enfatizó.
Con estas palabras, el gobernador electo dejó clara su visión de un Puebla que se construye desde las calles, los mercados y las comunidades, no desde oficinas cerradas. «Este será un gobierno que camina, que escucha y que actúa. Porque Puebla merece más que promesas; merece resultados», concluyó, mientras los asistentes lo despedían con aplausos.
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