En Puebla, el gobernador electo Alejandro Armenta se está preparando para un cambio de modelo gubernamental que busca dejar atrás los gobiernos de escritorio y llevar la toma de decisiones al terreno. ¿La meta? Un gobierno más cercano a la gente, que escuche y trabaje con las comunidades para resolver los problemas desde la raíz.
Este enfoque, conocido como «gobierno itinerante», tiene como base el humanismo mexicano que promueve Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y que Armenta comparte para su gestión en Puebla. La idea es simple pero poderosa: estar en el campo, trabajar de la mano con la gente y reducir la burocracia.
Armenta lo explica con claridad: “Nos preparamos para estar a la altura de las y los poblanos y honrar con humanismo mexicano esta gran responsabilidad”. Esto se traduce en menos papeles, menos trámites engorrosos y más acciones concretas que impacten directamente en las comunidades. ¿Cómo? A través de faenas, tequios y tareas comunitarias donde gobierno y sociedad trabajen juntos por el bienestar de todos.
Este cambio, claro, no es sencillo. Requiere una planificación rigurosa, con evaluaciones constantes para garantizar que los programas gubernamentales lleguen a donde más se necesitan. Pero Armenta confía en que, con una mejor organización, Puebla puede avanzar.
El nuevo gobernador también resaltó que esta transformación va de la mano con la colaboración entre sociedad y gobierno. El progreso de Puebla, asegura, no solo depende del gobierno, sino de la participación activa de la gente. Con este modelo, las personas no solo serán beneficiarias de las políticas públicas, sino también protagonistas en su implementación.
Armenta cierra con un mensaje claro y emotivo: “Por amor a Puebla, trabajaremos juntos para que nuestra entidad prospere, haciendo cada quien lo que le corresponde”.
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