El domo de la Fenaza se llenó de energía, de golpes al aire, risas y mucha, pero mucha vibra buena. Más de 1,800 zacatecanos, de todas las edades, se reunieron este sábado para formar parte de la Clase Nacional de Boxeo, un evento que no solo fue deportivo, sino también profundamente humano. Porque aquí no se trató de ganar o perder, sino de conectar, de sanar y de recordar que en equipo todo se puede.
Desde temprano, se vieron llegar a familias completas con sus guantes listos, botellas de agua y el ánimo por los cielos. Lo mismo estaban chavitos con sus padres, que abuelitas curiosas, que entrenadores orgullosos de sus alumnos. Fue como una gran fiesta, pero con sombra de ring.
El gobernador David Monreal Ávila, acompañado de su esposa, Sara Hernández, y varios funcionarios, no quiso perderse la oportunidad de echarse unos pasos de sombra y convivir con la gente. “Esto es más que boxeo. Es una manera de reconstruir el tejido social y de apostarle a la paz desde el corazón”, dijo con emoción mientras veía a las y los zacatecanos moverse al ritmo de los entrenadores.
Y es que la Clase Nacional de Boxeo no es cualquier cosa. Forma parte de una estrategia nacional impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, que busca llevar el deporte a todos los rincones del país como un antídoto contra la violencia y la desesperanza. En otras palabras: cambiar golpes por sueños, y guantes por abrazos.
Durante la jornada, la música animó a los asistentes, los entrenadores guiaron paso a paso los movimientos, y en el ambiente flotaba algo que no siempre se ve en eventos masivos: comunidad. Aquí nadie fue extraño, todos sudaron juntos, se animaron y se fueron con una sonrisa.
“Mi hija nunca había boxeado, pero hoy ya quiere inscribirse”, contó entre risas una mamá de la colonia Díaz Ordaz, mientras acomodaba la coleta de su pequeña, que aún lanzaba golpes al aire, emocionada. Como ella, cientos descubrieron que el boxeo no es solo para los rudos, sino para todos los que tienen ganas de moverse y de sentirse vivos.
Este tipo de iniciativas muestran que el deporte, bien organizado y con apoyo institucional, puede cambiar historias. En Zacatecas ya se trabaja en fortalecer espacios deportivos, llevar entrenadores a las comunidades y promover actividades que saquen a la juventud de entornos difíciles.
Monreal lo dijo claro: “No queremos jóvenes en la calle, los queremos aquí, sudando, soñando y haciendo equipo”. Y vaya que el mensaje fue bien recibido. Porque lo que se vivió en la Fenaza no fue una clase de boxeo más, fue un acto de resistencia pacífica, de esperanza colectiva y de amor por el estado.
Así que si no fuiste, no te preocupes. Esta no fue la última. Zacatecas ya está en movimiento y lo mejor es que este tipo de eventos apenas comienzan. Y como dicen los que saben de boxeo: la pelea apenas empieza… y la vamos ganando.