
Las altas temperaturas pueden tener un impacto directo en la salud humana, representando un riesgo significativo durante las olas de calor, especialmente en áreas donde las temperaturas superan los 35 grados Celsius. El calor extremo puede provocar diversos problemas de salud, desde golpes de calor hasta deshidratación, que pueden poner en peligro la vida si no se toman las precauciones adecuadas.
Uno de los principales efectos de las altas temperaturas es el golpe de calor, una condición grave que ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura interna. Esto puede provocar mareos, desmayos, confusión y en casos extremos, daño cerebral o incluso la muerte. Las personas más vulnerables son los niños, los adultos mayores y aquellas con enfermedades preexistentes, quienes deben tomar precauciones adicionales durante las olas de calor.
Además, las altas temperaturas también aumentan el riesgo de deshidratación, ya que el cuerpo pierde líquidos rápidamente a través del sudor. Si no se reponen adecuadamente, puede haber un impacto negativo en la función renal y otros sistemas vitales del organismo. Es esencial mantenerse hidratado y evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre las 11 a. m. y las 4 p. m., cuando los rayos solares son más intensos.
La prevención es clave. Las autoridades de salud recomiendan usar ropa ligera y de colores claros, evitar actividades al aire libre durante las horas de mayor calor, y consumir líquidos constantemente, preferentemente agua o bebidas isotónicas. También es crucial estar atentos a los signos de agotamiento por calor y buscar sombra o refrigeración inmediata al sentir mareos o fatiga.