
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, encendió nuevamente las alarmas en la comunidad internacional al admitir en una entrevista televisada que Irán podría contar con una instalación nuclear secreta adicional, sumándose a las tres principales que, según afirmó, fueron bombardeadas por las fuerzas estadounidenses la semana pasada.
Durante su conversación con la cadena Fox News, difundida este domingo, Trump señaló: «Sabíamos que tenían muchos sitios [nucleares principales], probablemente tres más uno. Pero tenían tres sitios principales y sabíamos que tenían que renunciar a ellos». Esta declaración refuerza la percepción de que las tensiones entre Washington y Teherán están lejos de disminuir.
El exmandatario justificó los recientes ataques aéreos ordenados por su gobierno señalando que fueron una respuesta directa al intento de Irán por continuar con su programa de enriquecimiento de uranio. «Dijeron: ‘queremos enriquecimiento’ (…). Enriquecer es una mala palabra», subrayó Trump, aludiendo al temor que genera el posible desarrollo de armas nucleares en la región.
Los bombardeos, que tuvieron lugar en las instalaciones identificadas por el gobierno estadounidense como claves para el programa atómico iraní, habrían sido parte de una estrategia para frenar lo que la Casa Blanca considera una amenaza directa a la seguridad global. Sin embargo, hasta el momento, Teherán no ha reconocido la existencia de una cuarta planta nuclear.
Expertos en política internacional consultados por diversos medios advierten que estas declaraciones podrían escalar el conflicto en Medio Oriente. La posibilidad de que Irán posea instalaciones nucleares no detectadas incrementa la desconfianza y la inestabilidad en una región ya marcada por tensiones históricas.
Organismos como la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) han reiterado en múltiples ocasiones la necesidad de mantener canales de inspección y verificación activos en Irán, para evitar malentendidos y posibles enfrentamientos armados. Las declaraciones de Trump, en cambio, parecen ir en sentido opuesto a un esfuerzo diplomático sostenido.
En tanto, voces críticas dentro y fuera de Estados Unidos acusan al expresidente de utilizar este tipo de revelaciones para justificar acciones unilaterales y peligrosas, sin el respaldo de los organismos internacionales ni del Congreso estadounidense. Las implicaciones políticas de estas afirmaciones también podrían impactar en el escenario electoral estadounidense, donde el tema de la seguridad nacional suele ser un punto clave.
Por su parte, Irán ha mantenido su postura de que su programa nuclear tiene fines pacíficos, una versión que, sin embargo, ha sido cuestionada sistemáticamente por Washington y sus aliados. La posible existencia de una instalación oculta complicaría aún más cualquier intento de retomar los acuerdos nucleares internacionales que fueron abandonados durante la administración Trump.
La comunidad internacional, mientras tanto, observa con preocupación los acontecimientos. El futuro de la relación entre Irán y Estados Unidos, así como la estabilidad del Medio Oriente, podrían depender en gran medida de cómo evolucione este nuevo episodio de confrontación nuclear.