Baterías inteligentes: la clave olvidada para que México tenga luz verde

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En un país donde la CFE a veces parece más experta en cobrar que en iluminar, México avanza hacia una transición energética ambiciosa. La presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto toda la carne verde en el asador para hacer que el país brille con energías renovables. Sin embargo, hay un pequeño detalle que se nos ha estado olvidando: ¿dónde demonios vamos a guardar toda esa energía cuando el sol se esconda y el viento se eche una siesta?

Aquí es donde entran los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE), las baterías inteligentes que no solo suenan a ciencia ficción, sino que ya están salvando el pellejo eléctrico en países que llevan años de ventaja. José Manuel Díaz Pérez, presidente de On.Energy LATAM, lo dijo claro: “No basta con producir energía limpia. Hay que hacer que funcione cuando realmente se necesita”. Y en México, eso significa tener luz durante una tormenta, una huelga o cuando cae el sistema (sí, otra vez).

En 2023, más del 12% de la energía del país vino de fuentes intermitentes como el sol y el viento. Eso suena muy ecofriendly hasta que recuerdas que esos recursos no son muy puntuales que digamos. Por eso, los SAE se están volviendo indispensables: pueden almacenar el excedente de energía cuando hay de sobra y liberarlo cuando todo se pone oscuro… literalmente.

Pero el tema va más allá de la ingeniería eléctrica. En un país con tantas desigualdades, los SAE pueden marcar la diferencia entre tener acceso a servicios básicos o no. En zonas rurales donde la red eléctrica llega solo en los discursos, estas soluciones representan autonomía, resiliencia y una pizca de justicia social. Porque, aceptémoslo, la electricidad no debería ser un lujo.

Empresas como On.Energy ya están trabajando con industrias pesadas y comunidades marginadas para implementar soluciones de almacenamiento a medida. Esto no solo optimiza el consumo energético, también reduce costos y mejora la estabilidad de la red. Un ganar-ganar, si la regulación mexicana deja de actuar como fósil… de la era fósil.

Y ojo, que la Secretaría de Energía ya empieza a mover piezas. Se espera que en los próximos años se formalicen lineamientos para que el almacenamiento de energía tenga su propia figura legal dentro del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). Vamos, que por fin tendrá acta de nacimiento y no solo será el hijo no reconocido del sistema energético.

El futuro energético de México no solo depende de paneles solares y aerogeneradores, sino de la capacidad de guardar lo que se produce. Como quien ahorra para la cuesta de enero, el país necesita baterías robustas que aseguren electricidad continua, estable y sustentable. Si no, la “transición energética” será puro discurso con apagones incluidos.

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