En Morena, el partido del presidente, se habla mucho de democracia interna y de evitar prácticas viejas como el famoso “dedazo” o los “dados cargados”, pero ¿qué significa todo esto en términos sencillos? Aquí te explicamos cómo será el proceso para elegir a la nueva dirigencia del partido sin que nadie meta mano.
Los estatutos de Morena son claros: la elección debe ser equitativa en términos de género, edad, origen étnico, y condiciones económicas. Es decir, todos los grupos de la sociedad deben estar representados. No es que alguien pueda imponer a un candidato o candidata solo porque tiene poder o amigos influyentes.
Una clave aquí es la paridad de género, que desde 2014 está en la Constitución Mexicana. Esto significa que, si la presidencia del partido la ocupa una mujer, como podría ser Luisa María Alcalde, la secretaría general deberá ser ocupada por un hombre, como Emilio Ulloa Pérez, quien también suena fuerte.
Este domingo, los consejeros de Morena se reunirán para discutir cambios en los estatutos y ver si hacen más espacio en el Comité Ejecutivo Nacional. La idea es que todo el proceso sea transparente y democrático, sin simulaciones ni trucos.