
CDMX a 29 de abril, 2025.- En México, las noticias falsas no solo son cosa de redes sociales: ahora sabemos que también se habrían producido dentro de los pasillos de la televisora más poderosa del país.
Una investigación de Aristegui Noticias, impulsada por el testimonio del exeditor Germán Gómez García, reveló una serie de prácticas turbias en Televisa, específicamente desde una misteriosa área interna llamada “Palomar”, donde durante años se habrían fabricado campañas de desprestigio, videos manipulados, noticias falsas y hasta bots para golpear a rivales políticos y empresarios.
Sí, como si fuera una serie de espionaje… pero real y con 5 terabytes de pruebas.
¿Quién es Germán Gómez y qué entregó?
Germán trabajó casi 8 años en Televisa (2017-2024), y asegura que fue parte del equipo que operaba desde el llamado Palomar, donde se hacían “operaciones blackup” para atacar a políticos, empresarios, medios, incluso a jueces.
El exeditor entregó 5 terabytes de archivos a Aristegui Noticias, donde documenta cómo se producían estos contenidos con fines políticos o económicos. Asegura que llegó a ese puesto por un contacto familiar (su tío es el periodista Salvador García Soto) y que al principio pensó que trabajaría en entretenimiento… hasta que lo pusieron a editar campañas oscuras.
¿Qué secretos reveló del #TelevisaLeaks?
Aquí un resumen de algunas de las principales revelaciones:
- Campaña contra un magistrado del Poder Judicial
Se editaron testimonios falsos para acusar al magistrado Jorge Camero Ocampo de encubrimiento de abusos en el colegio Westhill. El objetivo: bloquear su oposición a la construcción del AIFA.
- Golpes a Megacable con bots y cuentas falsas
Se lanzaron ataques digitales contra la empresa rival, distribuidos por cuentas falsas y bots controlados por la empresa Metrics, presuntamente vinculada a Televisa.
- ¿Quién estaba detrás de todo?
Según Germán, los contenidos eran ordenados por Javier Tejado, vicepresidente de información, a través de Carla Aguilar Ballesteros, y con el respaldo de Metrics para la difusión.
- Pagaban “mercenarios” para escribir calumnias
Cuando los textos requerían “más fuerza”, contrataban freelancers por redes sociales para redactar contenido agresivo o escandaloso.
- Ayuda a Arturo Zaldívar
Afirma que se le hizo campaña a favor del expresidente de la Suprema Corte, incluyendo una página web, videos y ataques a sus rivales como Pérez Dayán.
- Contra Salinas Pliego y Slim
Germán asegura que también hubo campañas contra Ricardo Salinas Pliego y Carlos Slim, alterando contenidos para dejarlos mal parados públicamente.
- Golpes a Alberto Ciurana y TV Azteca
Después de que Ciurana dejó Televisa para irse a TV Azteca, comenzó una ola de desprestigio en su contra.
- Copiaban medios como CNN o Sopitas
Incluso imitaban la identidad visual de medios reconocidos para hacer pasar los videos como reales. Uno de ellos fingía ser de Sopitas.com para atacar a Interjet.
- Campaña sucia contra Layda Sansores
Produjeron un video falso donde un actor imitaba la voz de la gobernadora, simulando un pago a Carmen Aristegui, todo para limpiar la imagen de Alito Moreno.
- Todo salía de “Palomar” en Televisa Chapultepec
Primero estaba en el piso séptimo anexo y después, en la planta baja, a un costado del área conocida como “la silla del Papa”. A este espacio lo llamaban «el búnker».
- Había diputadas y hasta un senador en nómina
Según Gómez, dos diputadas (una de Morena y otra del PAN) y un senador trabajaban dentro del equipo, aunque no está claro cuál era su función.
¿Y qué dijeron los señalados?
Javier Tejado lo negó todo y acusó a Germán de querer extorsionar a la empresa. Afirmó que ya hay una denuncia legal y que existen videos donde se ve a Gómez robando equipo.
Arturo Zaldívar también rechazó cualquier vínculo con campañas sucias o manipulación de redes.
¿Y ahora qué?
Este escándalo vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre el poder de los medios y la desinformación profesionalizada. El caso apenas comienza, y lo más seguro es que más nombres saldrán a la luz en los próximos días.
Mientras tanto, la pregunta es clara: ¿cuánta de la información que consumimos ha sido manipulada desde oficinas como el “Palomar”?