
En un avance significativo para la oncología moderna, la farmacéutica AstraZeneca ha presentado resultados prometedores de dos ensayos clínicos que podrían transformar el tratamiento del cáncer de mama y gástrico. Los estudios, denominados Serena-6 y Matterhorn, fueron revelados durante el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago, destacando estrategias innovadoras para anticiparse a la resistencia terapéutica y optimizar las combinaciones de fármacos.
El ensayo Serena-6, pionero en su tipo, utilizó pruebas de ADN tumoral circulante (ctADN) en sangre para monitorizar a pacientes con cáncer de mama positivo para receptores hormonales (HR+). Esta tecnología permitió detectar micrometástasis invisibles en escáneres tradicionales y ajustar el tratamiento antes de que el cáncer progresara. Los resultados mostraron que el fármaco Camizestrant redujo el riesgo de progresión o muerte en un 56%, retrasando el avance de la enfermedad hasta 16 meses, frente a los 9.2 meses del grupo de control. «Estamos interviniendo de manera proactiva, no reactiva», explicó Dave Fredrickson, vicepresidente de oncología de AstraZeneca.
Por su parte, el ensayo Matterhorn exploró un enfoque combinado para el cáncer gástrico, administrando el inmunoterápico Imfinzi antes y después de la cirugía. Esta estrategia redujo un 29% el riesgo de recurrencia sin retrasar las intervenciones quirúrgicas, lo que sugiere un potencial cambio en el manejo de este tipo de tumor, conocido por su agresividad y limitadas opciones terapéuticas.
Ambos estudios reflejan un paradigma emergente en oncología: la personalización de tratamientos y la intervención temprana. «Ya no buscamos soluciones universales, sino anticiparnos a los mecanismos de resistencia», destacó Fredrickson. Con estos avances, AstraZeneca no solo mejora las perspectivas de supervivencia, sino que redefine cómo la ciencia enfrenta el cáncer: con inteligencia clínica, tecnología de vanguardia y un enfoque en la prevención de recaídas.