
Irapuato, Guanajuato a 25 de mayo, 2025.- Una escena estremecedora sacudió la noche del viernes al municipio de Irapuato, Guanajuato. En una vivienda de la comunidad Rancho Nuevo del Llanito, autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) localizaron una fosa clandestina con restos humanos durante un cateo relacionado con la investigación de personas desaparecidas.
El operativo se realizó en una casa ubicada sobre la calle Santos Degollado, donde, de acuerdo con reportes de medios locales como El Universal, podrían haberse encontrado al menos 15 cuerpos, aunque la cifra aún no ha sido confirmada por la Fiscalía.
“Durante el proceso forense se hallaron restos humanos y, en coordinación con la Comisión Estatal de Búsqueda, se iniciará la identificación con respeto y compromiso hacia las familias”, detalló la FGE en un breve comunicado.
El hallazgo se suma a una serie de descubrimientos recientes que evidencian la grave crisis de desapariciones en la región. Tan solo en los primeros tres meses del 2025, Guanajuato recibió 1,167 reportes de personas desaparecidas, según cifras de la Comisión Estatal de Búsqueda. De estas, 660 personas siguen sin ser localizadas, mientras que 46 fueron encontradas sin vida.
La situación no es nueva. Desde 2018, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) contabiliza 2,387 personas que permanecen desaparecidas en el estado.
Este nuevo caso en Irapuato llega apenas dos meses después de otro hallazgo que conmocionó a la opinión pública: colectivos de búsqueda en Jalisco encontraron restos calcinados y pertenencias humanas en el rancho Izaguirre, un predio presuntamente usado como campo de adiestramiento por grupos criminales.
En Guanajuato, colectivos de familiares de personas desaparecidas siguen enfrentando una tarea titánica ante la falta de respuestas y el creciente número de casos. Mientras tanto, las autoridades locales aseguran que los trabajos de identificación y análisis forense continuarán en coordinación con instancias estatales.
Las familias esperan justicia. Las comunidades exigen respuestas. Y el país, cada vez más, enfrenta el desafío de dar con sus desaparecidos y frenar el horror que yace bajo tierra.