
Alemania a 5 de mayo, 2025.- Friedrich Merz asume como nuevo canciller de Alemania tras un acuerdo histórico entre la CDU y el SPD. Con la promesa de reformar la economía, fortalecer la voz del país en Europa y frenar el ascenso de la extrema derecha, arranca una nueva etapa para la nación germana, marcada por retos internos y tensiones internacionales.
Este martes, Merz fue investido oficialmente como canciller, en sustitución del socialdemócrata Olaf Scholz, tras semanas de negociaciones y la firma de un acuerdo de coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la CSU bávara y el Partido Socialdemócrata (SPD). La coalición, que llevaba años sin repetirse a este nivel, firmó el documento titulado «Responsabilidad para Alemania», de 144 páginas, que sienta las bases del nuevo gobierno para los próximos cuatro años.
Un líder sin experiencia gubernamental, pero con ambición de sobra
A sus 69 años, Friedrich Merz asume el poder con un perfil atípico: proviene del mundo empresarial y no cuenta con experiencia previa en cargos públicos. Sin embargo, eso no parece ser un obstáculo para el nuevo líder conservador, quien aseguró que su gobierno será «fuerte, bien planificado y fiable».
«Vivimos tiempos de profundos cambios y de gran incertidumbre. Por eso sabemos que es nuestra responsabilidad histórica hacer que esta coalición funcione», dijo Merz, quien también prometió que Alemania volverá a tener una voz clara en Europa y en el mundo.
Prioridad: economía y migración
Lars Klingbeil, colíder del SPD y nuevo vicecanciller, dejó claro que reactivar la economía alemana será una de las prioridades inmediatas. Alemania cerró 2023 en recesión técnica, y los datos económicos no han sido alentadores en los últimos dos años. Con ello, se esperan nuevas inversiones públicas, medidas para impulsar el empleo y una revisión profunda de las políticas fiscales.
Otro tema que domina la agenda es el migratorio. Merz prometió endurecer las políticas migratorias ante el crecimiento del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que logró más del 20% de los votos en las elecciones anticipadas del 23 de febrero. El partido ha capitalizado el descontento social con un discurso antiinmigrante muy similar al de figuras como Donald Trump.
La preocupación por el avance de la AfD no es solo local. La semana pasada, fue clasificada por los servicios de inteligencia alemanes como «movimiento extremista de derecha», lo que desató una controversia internacional. Desde Estados Unidos, el vicepresidente JD Vance defendió a la AfD como «el partido más popular de Alemania», mientras que el secretario de Estado Marco Rubio tachó la decisión del gobierno alemán como un acto de «tiranía disfrazada».
Algunas caras continúan en el gabinete
A pesar del cambio en la jefatura del gobierno, algunas figuras clave se mantienen. Uno de ellos es Boris Pistorius, quien seguirá como ministro de Defensa. Considerado una de las voces más fuertes dentro del SPD, Pistorius ha sido clave en la política de apoyo a Ucrania frente a Rusia y su continuidad refleja la intención del nuevo gobierno de mantener firme su postura internacional en materia de seguridad.
Scholz se despide… pero no se va
El canciller saliente, Olaf Scholz, se despidió este lunes con una ceremonia militar. Aunque deja la jefatura del gobierno, seguirá en el Parlamento como legislador, mientras su partido intenta recuperarse de uno de sus peores resultados electorales en la historia reciente.
La nueva era que comienza para Alemania promete ser intensa: entre la presión de la ultraderecha, la crisis económica y los desafíos geopolíticos, el gobierno de Merz tendrá que demostrar que, con experiencia empresarial o sin ella, puede llevar al país por un camino más estable.