Estados Unidos a 15 de septiembre, 2024.- La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, ha puesto al Cártel de Sinaloa como uno de los principales objetivos de su estrategia para combatir el narcotráfico, en caso de ganar las elecciones presidenciales en noviembre. Harris, quien fue fiscal general de California, uno de los estados fronterizos con México, aseguró durante un evento de campaña en Pensilvania que su experiencia en el combate a organizaciones criminales transnacionales le otorga la capacidad necesaria para enfrentar a cárteles como el de Sinaloa.
En su discurso, Harris destacó que el Cártel de Sinaloa es el responsable de la fabricación y distribución de grandes cantidades de fentanilo, una droga que ha causado una crisis de salud pública en Estados Unidos, especialmente entre jóvenes y menores. La candidata hizo un fuerte llamado a actuar contra estos grupos, que según ella, están envenenando a las comunidades estadounidenses.
“Me aseguré de procesar a estos criminales con todo el peso de la ley como fiscal y lo haré nuevamente como presidenta”, afirmó Harris, mientras se comprometía a fortalecer las operaciones contra el narcotráfico en los estados más afectados por la distribución de drogas. El enfoque de Harris no solo apunta a desmantelar el Cártel de Sinaloa, sino también a enfrentar a otras organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), ambos con presencia en al menos 50 estados de Estados Unidos, según un informe de la DEA publicado en mayo pasado.
Este informe revela que el Cártel de Sinaloa tiene importantes centros de distribución en ciudades como Phoenix, Los Ángeles, Denver y Chicago, además de un fuerte control en Texas, Nueva York, Georgia y Massachusetts. La organización sigue bajo el control de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Los Chapitos”, y su socio Ismael “El Mayo” Zambada, quien fue detenido recientemente y espera juicio en una corte estadounidense.
Con una estrategia dirigida hacia estos grupos criminales, Harris busca demostrar que tiene el conocimiento y la experiencia para proteger la seguridad de los ciudadanos estadounidenses, además de asegurar que la lucha contra el tráfico de drogas será una prioridad en su administración.
El narcotráfico y sus consecuencias, como la crisis del fentanilo, se han convertido en uno de los temas centrales en la política interna de Estados Unidos, y la propuesta de Harris busca abordar este problema desde la raíz, atacando directamente a los cárteles que han extendido su influencia en territorio estadounidense.