
En muchas terrazas, patios y jardines de México, una planta aromática ha ganado protagonismo no solo por su agradable aroma y su resistencia, sino por su capacidad para ahuyentar insectos peligrosos como el mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades como dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. Se trata de la citronela, una planta cuyas propiedades repelentes son cada vez más valoradas por quienes buscan alternativas naturales para protegerse de las picaduras.
El Aedes aegypti, especialmente las hembras, son responsables de la transmisión de estas enfermedades, ya que necesitan alimentarse de sangre para nutrir sus huevos. Este mosquito se reproduce en agua limpia estancada, por lo que en Latinoamérica los programas de control siempre han insistido en la importancia de eliminar cualquier recipiente que pueda acumular agua, además de usar ropa protectora y repelentes. Sin embargo, no todos los repelentes químicos son igual de efectivos contra esta especie y, además, el uso constante de productos sintéticos puede generar resistencia en los insectos.
Ante esta situación, las plantas como la citronela se han convertido en aliadas clave para el control natural de plagas. Desde la antigüedad, las culturas humanas han utilizado plantas con propiedades repelentes, ya sea quemándolas, colgándolas en ramos o aplicándolas como aceites esenciales sobre la piel. En particular, la citronela, conocida científicamente como Cymbopogon nardus o Cymbopogon winterianus, ha demostrado ser una de las más efectivas para repeler al mosquito Aedes aegypti.
Originaria del sudeste asiático pero ampliamente cultivada en climas tropicales y subtropicales, la citronela contiene compuestos como el citronelal, el geraniol y el limoneno, que son especialmente eficaces para mantener a raya a los mosquitos y otros insectos. No solo se utiliza como planta ornamental en macetas o jardines, también es la base de numerosos productos repelentes como aceites esenciales, velas, inciensos y lociones. Su uso en aromaterapia es muy popular debido a sus propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas y antioxidantes, además de brindar un efecto refrescante y calmante en masajes.
Cultivar citronela en casa es sencillo y sus cuidados son mínimos. La planta necesita luz solar directa y riego frecuente, por lo que es ideal ubicarla en patios, terrazas o ventanas bien iluminadas. Si se cultiva en macetas, es importante asegurarse de que el recipiente tenga un buen drenaje para evitar encharcamientos que puedan dañar sus raíces. Durante las épocas más frías, conviene protegerla del frío excesivo, ya que las bajas temperaturas son uno de sus principales enemigos. También es recomendable retirar las hojas o flores secas para que los nutrientes se concentren en las partes activas de la planta.
Además de proteger los espacios al aire libre, la citronela también ayuda a reducir la necesidad de utilizar repelentes químicos que, aunque efectivos, pueden perder eficacia con el tiempo y generar resistencia en los insectos. Con sus múltiples beneficios, esta planta se ha consolidado como una opción práctica, económica y natural para quienes buscan un entorno libre de mosquitos, especialmente en un país como México donde las enfermedades transmitidas por vectores siguen siendo un problema de salud pública.
La citronela no solo decora y aromatiza el hogar, también representa una herramienta ecológica y accesible para contribuir al control del mosquito Aedes aegypti y, con ello, reducir los riesgos de contagio de enfermedades que pueden ser graves e incluso mortales.