Por Bruno Cortés
Este domingo, la tensión en el Congreso Mexicano se hizo palpable cuando el Grupo Parlamentario del PAN alzó la voz contra lo que consideran una intentona de Morena y sus aliados para avanzar en la creación de una nueva Constitución. La diputada Noemí Berenice Luna Ayala, junto a otras legisladoras, expresó su preocupación sobre cómo se está manejando el proceso legislativo, acusando a Morena de actuar a toda prisa y sin la legitimidad necesaria.
El debate gira en torno a la reforma de los artículos 105 y 107 de la Constitución, que establece que no se pueden impugnar legalmente las modificaciones a la Carta Magna una vez aprobadas. En palabras sencillas, esto significa que si el Congreso decide cambiar algo, la ciudadanía no podrá cuestionarlo ante los tribunales. Los panistas critican esta medida, advirtiendo que podría llevar a una manipulación de la Constitución sin el respaldo de la mayoría del pueblo.
Luna Ayala no se detuvo ahí y recordó que, desde 1917, la Constitución ha sido reformada 801 veces, de las cuales 88 han ocurrido bajo el gobierno de la «Cuarta Transformación». En menos de un mes, aseguran, han modificado 30 artículos, lo que representa un 22 por ciento de la Constitución actual. “Esto no es un proceso normal; hay algo muy extraño en la urgencia que están mostrando”, señaló.
La diputada Paulina Rubio Fernández también se unió al reclamo, mencionando que el dictamen de la reforma fue entregado apenas unas horas antes de la reunión. Para ella, esto viola los procedimientos legislativos y priva a los legisladores de tener una discusión profunda y bien informada sobre un tema tan crucial. “No podemos permitir que la prisa y el desaseo marquen nuestra historia legislativa”, enfatizó.
Annia Gómez Cárdenas y Laura Cristina Márquez Alcalá, también del PAN, coincidieron en la necesidad de que el proceso sea transparente y abierto a la participación de todos los integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales. Gómez Cárdenas propuso la realización de un “Parlamento Abierto”, sugiriendo que se consulte a expertos para enriquecer el debate. “¿Realmente queremos ser recordados como la legislatura que aprobó reformas sin un análisis adecuado?”, cuestionó.
Con este escenario, el conflicto en el Congreso no solo refleja las diferencias políticas entre los partidos, sino que también pone de manifiesto las tensiones sobre cómo se debe manejar la legislación en un país donde cada cambio en la Constitución tiene un impacto profundo en la vida de los ciudadanos.
Las diputadas del PAN están pidiendo a gritos que se respete el proceso y que cualquier decisión se tome con cuidado, porque, al final del día, lo que está en juego es la democracia y los derechos de todos los mexicanos.
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