Por Juan Pablo Ojeda
Cada nueve minutos, en México, se diagnostica un nuevo caso de cáncer de mama. Esta alarmante estadística no solo subraya la prevalencia de la enfermedad, sino que también pone de relieve la urgencia de la detección temprana y la autoexploración. La diferencia entre la vida y la muerte puede ser tan solo una autoexploración mensual o un chequeo médico regular. Sin embargo, las disparidades en el acceso a diagnóstico y tratamiento siguen siendo un obstáculo formidable en la lucha contra esta enfermedad que afecta a miles de mujeres cada año.
El Valor de la Detección Temprana
La detección oportuna del cáncer de mama es fundamental para mejorar las tasas de supervivencia. Según un estudio publicado en la revista Oncologist, América Latina enfrenta un preocupante 15-30% de casos diagnosticados en estadios avanzados. En comparación, Estados Unidos reporta una cifra mucho más alentadora, con solo un 8.5% de diagnósticos en etapas avanzadas. Este contraste refleja no solo el acceso a tecnologías de diagnóstico, sino también la importancia de campañas de concientización y educación en salud.
Datos de la American Cancer Society indican que la tasa de supervivencia relativa a cinco años para el cáncer de mama localizado es del 99%. Esto significa que, si se detecta a tiempo, las posibilidades de recuperación son prácticamente garantizadas. Sin embargo, en América Latina, donde el cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres, las desigualdades en el sistema de salud amenazan con ampliar esta brecha.
Desigualdades que Marcan la Diferencia
En México, la situación es crítica. Más de 30,000 casos son diagnosticados anualmente, y la probabilidad de que una mujer de una zona de bajos ingresos sea diagnosticada en un estadio avanzado es 50%, en comparación con solo el 10% en áreas más favorecidas. Este disparidad en el acceso a diagnóstico y tratamiento es una realidad que Pro Mujer, una organización con 34 años de trayectoria en la mejora de la salud de las mujeres en América Latina, se ha comprometido a cambiar.
“Las barreras que afectan a las mujeres no solo pueden ser eliminadas, deben ser eliminadas”, afirma la directora de Pro Mujer. La organización trabaja incansablemente para reducir la detección tardía, a menudo provocada por la falta de información y la dificultad de acceso a servicios de salud. Para abordar este desafío, han establecido alianzas estratégicas con instituciones como la Organización Panamericana de la Salud, enfocándose en la interculturalidad y la etnicidad en el cuidado de la salud.
Jornadas de Concientización y Acceso a Diagnósticos
Con el objetivo de mejorar las condiciones de salud de las mujeres en la región, Pro Mujer ha programado jornadas de concientización en el marco de Octubre Rosa, organizando webinars sobre detección temprana y cuidados preventivos. Además, gracias a una alianza con Dukke Consultores, ofrecerán mamografías y ecografías gratuitas, facilitando así el acceso a estudios diagnósticos vitales.
Uno de los programas clave de Pro Mujer en México es “Tod@s por ellas”, que ha alcanzado a más de 140,000 mujeres en los últimos cuatro años, realizando más de 8,000 mastografías. Este programa no solo proporciona acceso a servicios de salud, sino que también educa y sensibiliza a las mujeres sobre factores de riesgo y la importancia de la detección oportuna.
Acompañamiento Empático
Desde 2020, Pro Mujer ha implementado el Programa de Atención y Consejería (PAC), un enfoque innovador diseñado para brindar apoyo empático a mujeres que inician su tratamiento por cáncer de mama, cáncer de cuello uterino y diabetes tipo II. Este programa no solo se centra en la atención médica, sino que también ofrece un acompañamiento integral que aborda las necesidades emocionales y psicológicas de las pacientes.
Reflexiones Finales
La detección temprana del cáncer de mama no es solo una cuestión de salud individual, sino una responsabilidad colectiva. Las desigualdades en el acceso a diagnóstico y tratamiento afectan directamente las tasas de supervivencia y el bienestar de miles de mujeres en América Latina. La autoexploración, el acceso a estudios diagnósticos y la educación son herramientas clave en esta lucha. En un contexto donde cada minuto cuenta, es imperativo que tanto las instituciones de salud como la sociedad civil unan fuerzas para garantizar que ninguna mujer quede atrás en la batalla contra el cáncer de mama.
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