Por Juan Pablo Ojeda
En el bullicioso ambiente del Congreso mexicano, la coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN, la diputada Noemí Luna Ayala, ha hecho un llamado contundente que resuena con fuerza en los pasillos políticos. Su mensaje es claro: la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha decidido no reunirse con representantes de la oposición, limitando sus encuentros solo a mandatarios. Para Luna Ayala, esta actitud va en contra de los compromisos que Sheinbaum asumió al tomar posesión, donde se habló de la importancia de la libertad de expresión y la cercanía con la ciudadanía.
“Presidenta, usted deshonra la palabra que empeñó el 1 de octubre”, dijo Luna Ayala en un comunicado. Recordó que, a pesar de que la presidenta tiene su base de apoyo, 43 de cada 100 votos en la Cámara representan a la oposición. “Esto significa que 64 de cada 100 ciudadanos no votaron por usted. Somos mayoría, y no es una concesión. Está obligada a gobernar para todos”, añadió, subrayando que este tipo de mensajes solo generan divisiones entre los mexicanos.
La diputada no se detuvo ahí; hizo un llamado a empresas, medios de comunicación y ciudadanos, instando a no permitir que avance lo que ella llama la descomposición del país, una estrategia que, según ella, impulsa Morena y sus aliados. En un momento que ella califica de crítico, resaltó la importancia de los medios y las redes sociales para mantener a flote el debate público y evitar que la situación se agrave.
“Estamos aquí para dar voz a millones de mexicanas y mexicanos, aunque la mayoría oficialista intente acallar nuestras iniciativas. Ahora ni siquiera la presidenta quiere escuchar a la oposición”, aseveró. Y en un tono desafiante, preguntó: “¿A qué le tiene miedo, presidenta?”. Esta pregunta es un eco de las críticas lanzadas anteriormente sobre si Sheinbaum está infringiendo la ley al hacer actos anticipados de campaña.
Luna Ayala también se dirigió a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general, instándolos a ser críticos y a no dejar que los poderes del Estado se desvíen de su rumbo. En sus palabras, todos están en el mismo barco, y es inaceptable utilizar recursos públicos, como las famosas “mañaneras”, para atacar a quienes tienen opiniones diferentes.
Con esta intervención, el PAN deja claro que no se quedará callado. La tensión entre el oficialismo y la oposición sigue creciendo, y el futuro de la política en México parece depender de la capacidad de todos los actores de sentarse a la mesa y dialogar, en lugar de profundizar las divisiones que ya existen.
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