Por Bruno Cortés
En una reciente conferencia de prensa, la diputada Noemí Luna Ayala, coordinadora del Grupo Parlamentario del PAN, levantó la voz para expresar su desacuerdo con la estrategia de seguridad presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum. Según Luna, el enfoque de «abrazos, no balazos» no solo va a seguir vigente, sino que podría perpetuar la crisis de inseguridad que azota al país.
Al ser cuestionada sobre la estrategia que presentó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, junto a la presidenta, Luna fue clara: “Esto es un claro indicativo de que no se declarará una guerra contra el narcotráfico. Lo que vamos a seguir viendo son más abrazos y menos acción concreta”, subrayó, dejando ver su preocupación por el futuro de la seguridad en México.
Además, la diputada cuestionó la decisión de colocar a la Guardia Nacional bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Para ella, esto es un paso hacia la militarización del país, lo cual va en contra de las recomendaciones de organismos internacionales que advierten sobre los peligros de tener a los militares a cargo de la seguridad interna. “Lo que queríamos era una policía federal civil bien fortalecida, pero lo que hemos visto es un desmantelamiento de las policías civiles en favor del Ejército”, señaló con descontento.
Luna Ayala enfatizó que la estrategia de seguridad, que debería ser liderada por un secretario de Seguridad, en realidad está siendo controlada por la Sedena. “Perdón que lo diga así, pero eso no es lo que necesitamos. La estrategia debería estar en manos de quienes realmente entienden la seguridad pública, no de los militares”, afirmó.
También recordó que la comunidad internacional ha advertido repetidamente al Estado mexicano sobre los riesgos de tener a los militares en funciones de seguridad. Incluso, mencionó una carta del Alto Comisionado de la ONU que instaba al gobierno a no aprobar la reforma que permitió esta situación. “Entre más militares estén a cargo de la seguridad interna, más violaciones a los derechos humanos podemos esperar”, lamentó.
A pesar de sus críticas, Luna Ayala dejó claro que su intención no es que esta estrategia fracase. De hecho, espera equivocarse en su análisis. “No queremos que continúen los asesinatos, ni que miles de familias sufran porque no saben dónde están sus seres queridos”, concluyó, mostrando su deseo de que las cosas mejoren.
En medio de este debate, la pregunta sigue en el aire: ¿serán suficientes los abrazos para enfrentar una crisis que ha dejado tantas cicatrices en la sociedad mexicana? La respuesta, como siempre en política, es incierta y dependerá de cómo se ejecuten las decisiones en los próximos meses.