
En el corazón del Pacífico mexicano, Nayarit se ha consolidado como uno de los destinos imperdibles para los observadores de aves. Con más de 530 especies registradas —45 de ellas endémicas—, este estado es un lienzo de colores y cantos donde conviven flamencos rosados, guacamayos verdes, águilas pescadoras y decenas de aves migratorias que viajan desde Canadá hasta Chile. El epicentro de esta experiencia es San Blas, un Pueblo Mágico donde selvas, manglares y playas se entrelazan para crear hábitats únicos.
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Laguna de Zoquipan: Declarada sitio RAMSAR, este humedal es refugio invernal de patos cucharones, espátulas rosadas y halcones peregrinos. Los tours en lancha al amanecer revelan un espectáculo de vida silvestre, incluyendo cocodrilos y jaguares entre los manglares.
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Tecuitata (Cascada Salto del Cora): En las montañas, este rincón es el hogar de aves endémicas como el carpintero cariamarillo y la tortolita mexicana. La caminata hacia la cascada se acompaña de un coro de cantos que hacen del recorrido una experiencia sensorial.
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Singayta: A 15 minutos de San Blas, esta comunidad ecológica protege especies como colibríes y cenzontles entre esteros y selvas. Las visitas guiadas enseñan el delicado equilibrio de su ecosistema.
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Rancho Ecológico La Noria: En la Reserva de la Biósfera Sierra de San Juan, este valle alberga aves como el jilguero cabecinegro y el azulillo grande, con opciones de hospedaje rural para vivir la naturaleza de cerca.
Nayarit es un cruce de caminos para aves que viajan miles de kilómetros. En La Tovara, el 80% de las aves costeras migratorias descansan o anidan, incluyendo rarezas como el nictibio del norte. Mientras, las Islas Marietas sorprenden con el icónico pájaro bobo de patas azules, símbolo de la conservación en el Pacífico.
Turismo sostenible: cómo disfrutarlo sin dañar
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Guías locales: Contrata servicios como Ecotours San Blas para avistamientos responsables.
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Temporadas clave: De noviembre a marzo para migratorias; mayo a julio para aves endémicas en época reproductiva.
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Equipo recomendado: Binoculares con protección anti-reflejo, ropa neutra y apps como Merlin Bird ID para identificar especies.
Dato curioso: El águila pescadora de San Blas tiene una tasa de éxito del 60% al cazar peces, un recordatorio de la precisión de la naturaleza.
Con su mezcla de aventura, ciencia y conservación, Nayarit demuestra que la observación de aves no es solo un hobby, sino una ventana a la grandeza de la biodiversidad mexicana.