
La atmósfera estaba cargada de electricidad desde el primer silbido. Nicolás Otamendi, el defensor argentino que lleva la historia de River Plate tatuada en su carrera, pisó el campo como capitán del Benfica sabiendo que sería el villano para la hinchada xeneize. Cada toque de balón fue recibido con abucheos, cada intervención con gritos de rechazo. Pero el «Gralde» (como lo apodan en Portugal) tenía una respuesta preparada: a los 67 minutos, empujó el balón al fondo de la red para empatar el partido 2-2 y, frente a la tribuna de Boca, celebró con un puño al cielo y una mirada desafiante. La noche no terminó ahí: en Instagram, musicalizó su publicación con «Para la gilada», una canción asociada a la cultura riverplatense, aunque luego la eliminó.
El partido en el Estadio Al Bayt de Qatar fue más que un encuentro de grupo del Mundial de Clubes: fue una extensión del superclásico argentino. Otamendi, quien jugó en River entre 2008 y 2014, es un símbolo de identidad para los millonarios y, por ende, un blanco natural para Boca. Incluso después del pitido final, el central mantuvo un tenso cruce verbal con Agustín Marchesín, exarquero de River, quien protestó por decisiones arbitrales.
El resultado, sin embargo, dejó un sabor agridulce para ambos. Boca, que había empezado ganando con goles de Merentiel y Advíncula, no pudo sostener la ventaja. Benfica, con Otamendi como líder y Ángel Di María aportando experiencia, mostró por qué es un rival incómodo para cualquier equipo.
El empate entre Boca y Benfica no fue la única sorpresa de la jornada. Palmeiras empató 0-0 con el Oporto, y Fluminense hizo lo mismo ante el Borussia Dortmund. Estos resultados sugieren un cambio notable: después de 24 años de dominio europeo en los Mundiales de Clubes, los equipos sudamericanos están cerrando la brecha. Ya no son goleadas automáticas; ahora hay resistencia, táctica y hasta oportunidades de victoria.
Miguel Ángel Russo ahora enfrenta un dilema táctico. Con Bayern Munich como próximo rival —un equipo que aplastó 10-0 al Auckland City—, el Xeneize debe rearmar su defensa sin descuidar el ataque. Battaglia parece ser la opción preferida para reforzar el mediocampo, mientras que Belmonte podría ser titular. También se evalúa cambiar a una línea de cinco defensores, aunque eso implicaría sacrificar creatividad en el mediocampo.
El objetivo es claro: evitar una goleada ante los bávaros y luego destrozar a Auckland City para asegurar la clasificación por diferencia de goles. Con Benfica también en la pelea, cada gol contará.
River, en la cima pero con bajas dolorosas
Mientras tanto, River Plate lidera el Grupo E tras vencer 3-1 a Urawa Red Diamonds, pero las lesiones de Enzo Pérez (sobrecarga muscular) y Sebastián Driussi (esguince de tobillo, fuera del torneo) ensombrecieron el triunfo. El Millonario ahora se prepara para enfrentar a Monterrey, otro rival complicado pero manejable si mantiene su juego aéreo letal.
¿Qué sigue?
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Boca vs. Bayern Munich: Viernes 21, 22:00 hs (transmisión por Telefé, DSports y Disney+).
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River vs. Monterrey: Sábado 22 en el Rose Bowl de Los Ángeles.
El Mundial de Clubes 2025 ya tiene su primer gran capítulo: Otamendi, el hombre que convirtió un partido de grupo en un clásico, y una Sudamérica que ya no teme a Europa.