
Aunque son diminutas, las semillas de ajonjolí están repletas de beneficios para la salud que las convierten en una opción poderosa para incluir en la alimentación diaria. Gracias a su alto contenido en grasas saludables, proteínas, minerales y vitaminas, estas semillas no solo aportan energía, sino que también ayudan a prevenir enfermedades crónicas, fortalecen los huesos y protegen la salud cardiovascular.
Uno de los aspectos clave para aprovechar todos sus nutrientes es consumirlas de la manera adecuada. Su cáscara dura dificulta la absorción de minerales como el calcio y el magnesio, por lo que se recomienda triturarlas o dejarlas en remojo antes de ingerirlas. Al hacer esto, se rompen las fibras externas, se activan enzimas naturales y se mejora significativamente su digestibilidad. De este modo, el cuerpo puede absorber mejor todos los nutrientes esenciales que contienen.
En cuanto a su perfil nutricional, las semillas de ajonjolí ofrecen unas 573 calorías por cada 100 gramos. Aproximadamente la mitad de ese contenido corresponde a grasas, en su mayoría poliinsaturadas, como los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, conocidos por sus efectos positivos sobre el sistema cardiovascular. Estas grasas saludables ayudan a reducir la inflamación, mantener el equilibrio hormonal y prevenir enfermedades del corazón. Además, su 17% de contenido proteico convierte a las semillas de ajonjolí en una fuente excelente de aminoácidos esenciales, especialmente útil para quienes siguen dietas veganas o vegetarianas.
También son ricas en fibra (con 11 gramos por cada 100), lo que favorece la digestión y contribuye a una mejor regulación del azúcar en sangre. A esto se suma un alto aporte de minerales esenciales como el calcio, magnesio, zinc y cobre. Estos elementos son cruciales para la salud ósea, la contracción muscular, el funcionamiento del sistema nervioso y la prevención de enfermedades metabólicas como la osteoporosis o la diabetes tipo 2. Por si fuera poco, su contenido en vitamina E actúa como antioxidante natural, protegiendo las células del cuerpo contra el envejecimiento prematuro y mejorando la salud de la piel.
Las formas de incluir estas semillas en la dieta son muy variadas. Pueden añadirse a ensaladas, batidos, yogures, sopas o galletas, o bien usarse en forma de pasta (tahini). Lo más importante es recordar que, al triturarlas o hidratarlas previamente, se potencia al máximo su valor nutricional.
Así, estas pequeñas semillas no solo suman sabor y textura a tus platos, sino que también aportan una carga nutricional poderosa que contribuye al bienestar general del cuerpo. En un mundo donde la prevención es clave, el ajonjolí se presenta como un aliado natural que vale la pena incorporar a la rutina diaria.