Por Juan Pablo Ojeda
Después de dieciséis largos años de espera, The Cure finalmente ha lanzado su esperado álbum Songs of a Lost World, un trabajo cargado de emotividad y reflexión que continúa explorando los temas que han caracterizado a la banda durante décadas: el amor, la pérdida y el paso del tiempo.
Con una atmósfera más madura, el líder de la banda, Robert Smith, ha compartido que este disco es solo la primera parte de una historia más amplia. En entrevista con la revista Uncut, Smith reflexionó sobre cómo la muerte, un tema recurrente en su música, se ha vuelto más real a medida que envejece. “Nuestras canciones siempre le tuvieron miedo a la muerte, pero a medida que te haces mayor, se vuelve más real”, declaró el frontman de The Cure.
Un Viaje Emocional: Canciones sobre la Muerte y la Esperanza
Una de las características más destacadas de Songs of a Lost World es su carga emocional. Con letras profundamente personales, Smith aborda la fragilidad de las promesas y las despedidas, una reflexión que nace de una promesa rota a un amigo pocos días antes de su muerte. La canción And Nothing Is Forever captura este doloroso sentimiento de pérdida y arrepentimiento, mientras que I Can Never Say Goodbye está dedicada a su hermano mayor, Richard, cuya muerte repentina dejó una herida profunda en Smith.
“La mayoría de las canciones son muy personales, pero no son exclusivas, no son cosas que sólo me sucedieron a mí. Creo que todos podemos sentirnos reflejados en ellas», explica Smith sobre el carácter universal de los temas tratados en el álbum.
Además de los temas personales, el disco también incorpora momentos históricos significativos. Una de las canciones se inspira en el alunizaje del Apolo 11, un evento que Smith recuerda como un símbolo de esperanza y avance en la humanidad, pero que ahora, desde su perspectiva, resuena con el anhelo de un mundo que parece retroceder en lugar de avanzar.
El Proyecto Inicial y la Evolución del Álbum
El lanzamiento de Songs of a Lost World originalmente estaba previsto para coincidir con el 40 aniversario de The Cure en 2018. Sin embargo, diversos obstáculos retrasaron su estreno. Smith, quien había concebido el álbum como una celebración del legado de la banda, pronto se dio cuenta de que ese enfoque no sentía genuino. “Era un gran plan, pero los grandes planes no siempre funcionan como esperas”, admite el cantante.
Para 2019, la banda tomó una nueva dirección, alejándose de la idea de una celebración para centrarse en un mensaje más introspectivo y personal. Durante este tiempo, Smith también adoptó un enfoque de colaboración más abierto con los miembros actuales de la banda, como el bajista Simon Gallup y el guitarrista Reeves Gabrels, quienes aportaron sus propias ideas y perspectivas al álbum. Este cambio en la dinámica creativa resultó en algunos de los elementos más experimentales y menos convencionales del álbum.
Una Propuesta Musical Completa: De Tres Álbumes a Uno
El proceso de grabación fue tan prolífico que Smith y su banda registraron un total de 26 canciones durante las sesiones de 2019, material suficiente para tres discos completos. “Grabamos tres álbumes en 2019”, recuerda Smith, quien señala que el período de intensa creatividad fue un esfuerzo por aprovechar al máximo su energía y sus ideas antes de que se desvanecieran.
A pesar de la riqueza de material disponible, Songs of a Lost World se presenta como una obra coherente y sólida, con un enfoque temático claro en la mortalidad, la pérdida y las experiencias que marcan la vida de cada individuo. Smith explica que la reflexión sobre la muerte se ha vuelto un tema recurrente en su vida, algo que se refleja en la totalidad del álbum. “La muerte se vuelve cada vez más parte de la vida cotidiana”, señala.
The Cure: Un Legado Que No Envejece
A pesar de la espera, Songs of a Lost World demuestra que The Cure sigue siendo una banda relevante, capaz de evolucionar con el tiempo sin perder su esencia. Las canciones del álbum abordan cuestiones universales como la fragilidad de la vida, la inevitabilidad del paso del tiempo y las emociones humanas que todos compartimos. Como afirma Smith, este álbum representa su lugar actual en la vida, donde lo que más importa ha cambiado respecto a su juventud.
Richard Smith, quien cumplió 65 años este año, considera que el disco es una representación de su evolución personal y profesional. «Quería que las canciones significaran algo», dice, consciente de que cada tema en Songs of a Lost World lleva consigo un peso emocional y un propósito claro.
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