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Contra todo pronóstico y en medio de una contienda que podría ser sacada de una novela política, Donald Trump vuelve a la Casa Blanca como el 47º presidente de los Estados Unidos. Esta elección de 2024 fue cualquier cosa menos común: marcada por una competencia sin tregua contra Kamala Harris, la salida inesperada de Joe Biden y hasta intentos de atentado, Trump ha demostrado una vez más que, en política, nada está escrito.
Trump hace historia con este regreso, convirtiéndose en el primer presidente desde Grover Cleveland en servir dos mandatos no consecutivos, un logro que resalta su capacidad de conectar con una base leal que, ante todo, valoró su enfoque sobre economía, seguridad fronteriza y una democracia “fuerte y auténtica”. En su campaña, Trump no dudó en subrayar lo que consideraba fallas de la administración Biden, enfocándose en temas cruciales para los votantes como el empleo y la economía, que el 40% del electorado identificó como sus principales preocupaciones.
El contexto de esta elección fue complejo y polarizado. Los temas de inmigración, aborto y la misma democracia también estuvieron en el centro del debate, mostrando un Estados Unidos dividido. Pero, más allá de las polémicas y los desafíos legales, Trump consolidó su regreso, recordando al mundo que en la política de Estados Unidos, los giros inesperados son parte del guion.
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