
El fútbol español vivirá este domingo uno de sus momentos más vibrantes y determinantes de los últimos años. Barcelona y Real Madrid se enfrentarán en el Estadio Olímpic Lluís Companys en un Clásico que bien podría inclinar la balanza definitiva hacia uno u otro lado en la carrera por el título de LaLiga EA Sports 2024-2025. Con sólo cuatro puntos de diferencia entre ambos y tres jornadas por disputar, el enfrentamiento de la jornada 35 se convierte en la gran final anticipada del campeonato.
El equipo dirigido por Hans-Dieter Flick llega como líder de la tabla y con la ventaja adicional del ‘goalaverage’ a su favor, tras golear 0-4 en el Santiago Bernabéu durante la primera vuelta. Esto significa que, en caso de empate a puntos al final de la temporada, el Barcelona saldría beneficiado. Sin embargo, los culés no pueden permitirse el lujo de especular: una victoria los dejaría a un paso de un título que también supondría un doblete nacional, tras la reciente conquista de la Copa del Rey. Sería una forma de redimirse ante su afición tras la dolorosa eliminación en la Liga de Campeones.
Por su parte, el Real Madrid de Carlo Ancelotti sabe que no hay margen de error. Una derrota significaría prácticamente decir adiós al título, mientras que una victoria en territorio rival les permitiría colocarse a solo un punto y depender de tropiezos del Barça en las dos últimas jornadas. La presión es máxima, pero los blancos han demostrado saber moverse en este tipo de escenarios.
Este Clásico remite inevitablemente a otros duelos históricos en los que el campeonato estuvo en juego de forma directa. El caso más similar es el de la temporada 2011-2012, cuando el Real Madrid de José Mourinho visitó el Camp Nou con cuatro puntos de ventaja sobre el Barcelona de Pep Guardiola. Entonces también se trataba de la jornada 35, y la victoria merengue por 1-2 dejó la Liga casi sentenciada.
Otro ejemplo icónico es el inolvidable 2-6 del Barça en el Bernabéu en la temporada 2008-2009, cuando los de Guardiola arrasaron al Real Madrid en plena remontada blanca y dejaron el título encarrilado. Más recientemente, en la campaña 2016-2017, un Clásico disputado en la jornada 33 también fue clave: Messi firmó un gol decisivo en los minutos finales para un 2-3 que igualó la tabla, aunque el título acabaría en manos del Madrid.
Incluso en 1994, aunque con un Real Madrid sin opciones al título, el Clásico de la penúltima jornada tuvo un rol decisivo: el Barça de Cruyff venció en el Bernabéu y se aprovechó del famoso penalti fallado por Djukic para arrebatarle la Liga al Deportivo en la última jornada.
Sin embargo, en otras ocasiones recientes, el Clásico se disputó ya sin tensión competitiva. En 2018, el empate a dos en el Camp Nou ocurrió con el Barça ya campeón. Y en 2008, el conjunto blanco goleó 4-1 con los azulgranas formando el pasillo tras haber cedido el título días antes.
Este domingo no será uno de esos días. Todo lo contrario: se trata de un partido con aroma a final, con la emoción, la presión y el dramatismo que solo el Clásico puede ofrecer cuando hay una Liga en juego. El Lluís Companys será testigo de una batalla que podría decidir quién levanta el trofeo… y quién se queda con las manos vacías.