
Una misión espacial que transportaba los restos de más de 160 personas tuvo un desenlace inesperado al estrellarse en el Océano Pacífico debido a una falla en el sistema de paracaídas durante su reingreso a la Tierra. La cápsula, llamada Nyx y desarrollada por la empresa alemana The Exploration Company, formaba parte de un proyecto organizado por Celestis, una compañía especializada en vuelos espaciales conmemorativos.
El despegue ocurrió el pasado 23 de junio desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, a bordo de un cohete Falcon-9 de SpaceX. La cápsula completó con éxito dos órbitas alrededor de la Tierra, cumpliendo así el principal objetivo de la misión: brindar un homenaje espacial a las personas cuyos restos cremados y muestras de ADN fueron enviados al espacio como parte de un servicio conmemorativo.
Sin embargo, durante la fase de reingreso a la atmósfera terrestre, la misión sufrió una anomalía crítica: el sistema de paracaídas de la cápsula no se desplegó correctamente, lo que provocó que Nyx cayera sin control y se precipitara al océano, donde su contenido se dispersó.
En un comunicado, Celestis explicó que el impacto fue inevitable y que, aunque es poco probable recuperar la cápsula, consideran que las familias de los participantes pueden encontrar consuelo en el hecho de que sus seres queridos formaron parte de un viaje histórico. «Sus seres queridos fueron lanzados al espacio, orbitaron la Tierra y ahora descansan en la inmensidad del Pacífico, como en una tradicional y honorable dispersión marina», expresó la empresa.
Este es el segundo incidente de este tipo para Celestis. En 2023, la compañía ya había experimentado un fallo similar cuando un cohete que transportaba los restos cremados del astronauta Philip K. Chapman explotó sobre Nuevo México poco después del lanzamiento.
A pesar de estos percances, Celestis sigue ofreciendo servicios espaciales conmemorativos que permiten a las familias enviar cenizas, muestras de ADN o recuerdos personales de sus seres queridos en misiones que orbitan la Tierra, viajan a la Luna o incluso al espacio profundo, como parte de un homenaje fuera de lo convencional.
El incidente ha llamado la atención sobre los desafíos técnicos que aún enfrentan las misiones comerciales de este tipo, especialmente aquellas que incluyen fases de reingreso controlado. Aunque los vuelos conmemorativos no tienen implicaciones científicas directas, su creciente popularidad pone a prueba la confiabilidad de las empresas involucradas y la seguridad de sus tecnologías.