
Un innovador análisis de sangre experimental promete transformar el pronóstico de pacientes con lesiones de médula espinal al predecir con notable precisión sus posibilidades de recuperar movilidad. Publicado en el Journal of Clinical Investigation, este avance detecta fragmentos de ADN liberados por la médula dañada y combina su lectura con cuatro proteínas clave, ofreciendo por primera vez una evaluación objetiva y rápida del daño neurológico.
El estudio, liderado por neurocirujanos de la Universidad Johns Hopkins, analizó muestras de 75 personas (50 con lesiones medulares y 25 sanas). Los hallazgos revelaron que:
- Mayores niveles de ADN medular circulante correlacionan directamente con lesiones más graves y menor probabilidad de recuperación motora.
- Cuatro proteínas plasmáticas (aún no identificadas públicamente) actúan como biomarcadores complementarios del daño neuronal.
- El «Índice de Lesión Medular» desarrollado combinando estos marcadores predice con un 77% de exactitud la mejoría funcional a seis meses.
«Actualmente dependemos de resonancias magnéticas y evaluaciones clínicas subjetivas que pueden tardar semanas en ofrecer un pronóstico claro», explica el Dr. Tej Azad, coautor principal. «Esta prueba podría darnos respuestas en horas».
El método imita estrategias ya usadas en oncología, donde biopsias líquidas guían tratamientos personalizados. Sus potenciales aplicaciones incluyen:
🔹 Seleccionar terapias adecuadas para cada paciente desde fases tempranas.
🔹 Acelerar el acceso a ensayos clínicos para casos graves.
🔹 Monitorear la eficacia de rehabilitaciones mediante pruebas seriadas no invasivas.
Aunque prometedor, los investigadores advierten que se necesitan estudios con miles de pacientes para validar los resultados. El Dr. Nicholas Theodore, director del Centro Neuroquirúrgico de Johns Hopkins, señala: «Estamos ante lo que podría ser el primer paso hacia protocolos estandarizados de evaluación, pero requerirá años de perfeccionamiento».
El impacto social potencial
Con 18,000 nuevos casos anuales solo en EE.UU., según los NIH, esta tecnología podría:
✅ Reducir costos al evitar imágenes repetidas.
✅ Minimizar la angustia psicológica de pacientes con pronósticos inciertos.
✅ Dirigir recursos hacia terapias con mayor probabilidad de éxito para cada perfil de lesión.
Mientras la comunidad médica espera más datos, este avance representa una luz de esperanza para quienes enfrentan el reto de reconstruir su movilidad. Como concluye Azad: «Por primera vez, la sangre podría contener respuestas que antes solo obteníamos tras meses de observación».