Una marca de retail generó 2.5 millones de dólares en ventas mediante una experiencia de realidad aumentada que permitió al cliente “colocar” un sofá en su sala y comprarlo en solo 90 segundos. El usuario utilizó un visor de realidad aumentada que permitió girar el mueble 360 grados y elegir colores en tiempo real. La campaña se desarrolló en 2025 como parte de una estrategia para adaptar el comercio electrónico al entorno inmersivo y mejorar la conversión digital.
El auge del contenido inmersivo explica el salto: estudios indican que más del 68 % de los consumidores prefieren experiencias interactivas antes de comprar. Además, las soluciones basadas en realidad aumentada y virtual pueden elevar de forma significativa las tasas de conversión en tiendas en línea, al ofrecer una experiencia más confiable y personalizada.
En el sector de muebles y decoración, las aplicaciones de visualización en realidad aumentada permiten al usuario ver productos en su propio espacio, rotarlos y combinarlos con su entorno. Esto reduce la incertidumbre al momento de comprar y disminuye la tasa de devoluciones. IKEA, por ejemplo, ha logrado incrementos notables en ventas con su app IKEA Place, que permite visualizar los muebles en el hogar con medidas reales y distintos acabados.
Estudios académicos y de marketing digital han confirmado que la percepción de interactividad y presencia sensorial que ofrece la realidad aumentada mejora la experiencia del usuario, impulsa la decisión de compra y fortalece la fidelidad del cliente. Al permitir que el consumidor se sienta “dentro” del entorno, la tecnología genera mayor compromiso y una respuesta emocional positiva hacia la marca.
Expertos en marketing inmersivo aseguran que las marcas que integran herramientas de realidad aumentada y virtual pueden alcanzar hasta un 90 % más de conversiones que aquellas que dependen de medios tradicionales. Según desarrolladores de estas experiencias, el modelo de interacción se compone de tres etapas: un gancho sensorial que atrae al usuario, una fase de personalización en tiempo real y un cierre fluido que permite la compra con un solo gesto o mirada.

Los resultados de esta campaña demostraron que la integración entre el visor de realidad aumentada, los datos de interacción del usuario y el proceso de pago automatizado fueron determinantes para alcanzar los 2.5 millones USD en ventas. Las empresas que adoptan este tipo de tecnologías buscan no solo aumentar ingresos, sino también mejorar la experiencia del cliente y posicionarse como innovadoras en un mercado competitivo.
Para creadores de contenido, freelancers o pequeñas empresas, el caso muestra que no se requieren presupuestos multimillonarios para implementar experiencias inmersivas. Con un teléfono inteligente compatible con ARKit o ARCore y creatividad en el diseño de experiencias, es posible crear demostraciones interactivas que impulsen las ventas o mejoren la presentación de productos.
La industria coincide en que las experiencias inmersivas ya no son una tendencia, sino una herramienta fundamental para reducir devoluciones, incrementar el ticket promedio y acelerar las decisiones de compra. Para los consumidores, esta tecnología significa poder visualizar y “sentir” un producto en su entorno antes de pagar, lo que refuerza la confianza en la compra digital.
Aunque los resultados son prometedores, la adopción de la realidad aumentada implica inversión en desarrollo, modelado 3D y optimización de la experiencia de usuario. El retorno depende de la calidad de la interacción y de la relevancia del producto para este tipo de visualización. Las métricas clave que las marcas deben considerar incluyen la tasa de clic en el botón “ver en AR”, el tiempo de interacción y la tasa de conversión desde la experiencia inmersiva hasta la compra final.

