Lima, Perú. — La relación entre México y Perú atraviesa su momento más tenso en los últimos años. Este lunes, el Gobierno peruano anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con México, luego de confirmar que la ex primera ministra Betssy Chávez se encuentra asilada en la residencia de la embajada mexicana en Lima.
El anuncio fue hecho por el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Hugo de Zela, quien calificó la decisión del gobierno mexicano como un “acto inamistoso” y señaló que México ha intervenido reiteradamente en los asuntos internos del país andino.
“Hoy hemos conocido con sorpresa y con profundo pesar que la expremier Betssy Chávez, presunta coautora del golpe de Estado que pretendió consumar el expresidente Pedro Castillo, está siendo asilada en la residencia de la embajada de México en el Perú”, declaró De Zela en conferencia de prensa.
La medida marca un nuevo episodio en la crisis diplomática entre ambos países, que inició en diciembre de 2022, cuando el gobierno de Dina Boluarte expulsó al embajador mexicano Pablo Monroy, luego de que México otorgara asilo político a la familia del expresidente Pedro Castillo.
Castillo permanece detenido en Perú y enfrenta cargos por rebelión, abuso de autoridad y perturbación del orden público, tras intentar disolver el Congreso y establecer un gobierno de excepción.
Una relación cada vez más deteriorada
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha mantenido una postura crítica hacia la gestión de Dina Boluarte, señalando que su ascenso al poder fue resultado de un proceso “antidemocrático”.
México, junto con Colombia, Bolivia y Argentina, fue uno de los países que no reconocieron de inmediato a Boluarte como presidenta, argumentando que su gobierno surgió de una crisis institucional provocada por la destitución de Castillo.
El canciller De Zela acusó al gobierno mexicano de “difundir una versión tendenciosa e ideologizada” sobre los hechos ocurridos en 2022 y de “convertir a los autores del intento de golpe de Estado en víctimas”, lo que calificó como una falta de respeto hacia la soberanía peruana.
Consecuencias y reacciones internacionales
La decisión peruana implica el retiro del personal diplomático en ambos países, lo que afectará temporalmente los trámites consulares, servicios a ciudadanos y acuerdos bilaterales.
En tanto, la Cancillería mexicana aún no ha emitido una postura oficial sobre la ruptura, aunque históricamente ha defendido el derecho de asilo político como parte de su política exterior.
Expertos en relaciones internacionales advierten que la tensión podría aislar aún más a Perú en la región, mientras que México refuerza su imagen de país solidario con figuras perseguidas políticamente.

