
Tehuacán, Puebla. — Lo que comenzó como una agresión a un joven frutero ambulante terminó desatando una ola de indignación y furia ciudadana que llegó hasta el incendio de una casa y un negocio en pleno centro de Tehuacán. La historia de Misael, un joven que vendía fruta para apoyar a sus padres, tocó fibras sensibles en redes sociales y encendió los ánimos de una comunidad cansada de los abusos.
Todo quedó grabado en un video que se viralizó rápidamente: Misael, de apenas 19 años, fue golpeado por dos personas mientras trabajaba vendiendo fruta sobre la vía pública. Los agresores, identificados como Julio Flores Cabrera y Rosa Isela Cid Huerta, le exigieron que se retirara de la zona, pero lo hicieron con violencia física, sin que él se defendiera en ningún momento. El ataque fue frontal, en plena luz del día, y frente a varios testigos que grabaron la escena.
Las imágenes no tardaron en provocar indignación. Usuarios en redes sociales comenzaron a compartir el video con mensajes de apoyo hacia Misael, quien, según sus conocidos, buscaba ganarse la vida de forma honesta para apoyar a su madre y cubrir los gastos médicos de su padre, hospitalizado.
Horas después de que se difundiera el video, la respuesta ciudadana no se hizo esperar. Un grupo de vecinos, comerciantes e incluso motociclistas se reunieron afuera del local de los presuntos agresores, identificado como “Refri Tecnia”. La tensión escaló rápidamente: entre gritos y pancartas, algunos encapuchados comenzaron a lanzar objetos contra la vivienda y el negocio. Minutos más tarde, las llamas ya se veían desde varias cuadras.
Videos de ese momento también se difundieron en redes sociales. En ellos se observa cómo el fuego consume parte del inmueble mientras decenas de personas permanecen en la calle, algunos grabando con sus celulares y otros mostrando su apoyo a Misael.
Ante la presión social, la Fiscalía General del Estado de Puebla informó que ya se abrió una carpeta de investigación por el delito de lesiones. Además, se dictaron medidas de protección para Misael Galván Moral, entre ellas la prohibición a los agresores de acercarse a él o comunicarse de cualquier forma.
Las autoridades han advertido que, en caso de que estas restricciones sean violadas, se tomarán medidas legales adicionales. Aunque por ahora no se ha confirmado si habrá detenciones por los actos vandálicos de la noche del incendio, lo cierto es que el caso ha sacado a la luz el hartazgo de una comunidad que ya no confía en las vías legales para exigir justicia.
Misael, por su parte, ha recibido muestras de apoyo en redes sociales, donde muchos piden justicia y lo alientan a seguir adelante con su trabajo. Mientras tanto, Tehuacán sigue siendo testigo de cómo una agresión puede prender fuego —literalmente— a una comunidad entera.