
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a Anchorage, Alaska, para recibir a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en una cumbre que promete ser decisiva para la guerra en Ucrania, el conflicto más letal que ha vivido Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El encuentro se llevará a cabo en la base militar Elmendorf-Richardson, y según el Kremlin, las negociaciones podrían prolongarse entre 6 y 7 horas.
Un cara a cara esperado
Trump aterrizó a bordo del Air Force One, recalcando en su plataforma Truth Social que esta cumbre tiene “mucho en juego”. Será la primera vez que Putin pisa suelo occidental desde que ordenó la invasión de Ucrania en febrero de 2022, un conflicto que ha dejado decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
El presidente estadounidense aseguró que no está negociando en nombre de Ucrania: “No estoy aquí para negociar por Ucrania, estoy aquí para sentarlos a la mesa”, dijo antes de despegar. La intención es iniciar un diálogo directo con Putin y evaluar un posible alto al fuego, sin comprometer formalmente el territorio ucraniano.
Tensiones y preocupaciones
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no fue invitado a la cumbre. Tanto él como sus aliados europeos temen que Trump pueda congelar el conflicto o reconocer de manera informal el control ruso sobre partes de Ucrania.
A pesar de estas preocupaciones, la Casa Blanca asegura que cualquier avance dependerá de las decisiones del gobierno ucraniano y de la mesa de negociaciones.
Detalles de las negociaciones
Según el portavoz ruso, Dmitri Peskov, la cumbre seguirá este esquema:
- Conversación inicial cara a cara entre Trump y Putin.
- Negociaciones con delegaciones y asesores, posiblemente durante un almuerzo de trabajo.
- Pausa para descanso de los líderes.
- Rueda de prensa conjunta para informar sobre avances.
El total de estas actividades se estima en 6 a 7 horas, marcando un día histórico para la diplomacia entre ambos países.
Contexto global
Analistas internacionales destacan que esta reunión puede tener impactos significativos en la geopolítica mundial, en especial sobre la seguridad energética, sanciones y comercio internacional. Además, cualquier acuerdo o entendimiento entre Trump y Putin será minuciosamente observado por Europa y los aliados de la OTAN, dado que podría redefinir la situación militar y política en Ucrania.