
En una movida que suena a temporada final de serie de acción, Estados Unidos y México lanzaron Proyecto Portero, una iniciativa conjunta para golpear directamente a los “gatekeepers” —los operadores clave que controlan las rutas de contrabando en la frontera— y detener el flujo de fentanilo, metanfetamina, cocaína… y hasta de armas y dinero.
La DEA puso en marcha un programa de capacitación intensivo en uno de sus centros de inteligencia fronterizos, donde agentes mexicanos y estadounidenses trabajan codo con codo, intercambiando datos, estrategias y objetivos comunes. Todo, coordinado también con la Homeland Security Task Force, que une inteligencia, justicia y defensa en una sola acción.
El jefe de la DEA, Terrance Cole, afirmó que esta operación «muestra cómo vamos a pelear: hombro con hombro con México y con todo el respaldo del gobierno de EE. UU.».
Este lanzamiento llega en un contexto político algo tenso: por un lado, EE. UU. lleva su retórica de mano dura un paso más allá –hoy ya tratándose a los cárteles como organizaciones terroristas– y, por el otro, México subraya su soberanía y exige que la cooperación no cruce la línea del intervencionismo.
En este punto, vale recordar que ya en febrero, en Washington, el gabinete de seguridad mexicano y autoridades estadounidenses acordaron reforzar acciones coordinadas contra el crimen organizado y el fentanilo, basándose en principios como “cooperación sin subordinación” y “respeto a la soberanía”.
Y meses antes, en diciembre, se realizó el primer “Encuentro de Químicos Forenses y Fiscales en Drogas Sintéticas” en Ciudad de México, donde se pusieron sobre la mesa métodos para atacar la producción de fentanilo y metanfetamin.
¿Qué lo hace importante?
- Es un enfoque que va al origen: atacar a los operadores fronterizos (los “gatekeepers”) en lugar de solo perseguir cargamentos.
- Se basa en entrenamiento conjunto y flujo real de inteligencia.
- Encaja en un contexto bilateral lleno de tensiones políticas, pero con un área de colaboración concreta.
- Supone un cambio de narrativa: no solo seguridad, sino salud pública (muertes por fentanilo siguen en aumento).
Hay que estar atentos a cómo rinde frutos esta estrategia en semanas y meses que vienen.