
La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos (CPSC, por sus siglas en inglés) emitió una alerta urgente sobre la circulación de muñecos Labubu falsificados, también conocidos como “Lafufu”. Estos productos, vendidos como peluches o llaveros, fueron catalogados como un “grave riesgo de asfixia y muerte” para los niños pequeños debido a su tamaño y facilidad para desprenderse en piezas diminutas.
De acuerdo con la CPSC, los juguetes falsos son lo suficientemente pequeños como para que un menor pueda introducirlos en la boca y obstruir sus vías respiratorias. Además, se han recibido reportes de muñecos que se rompen con facilidad, generando fragmentos que representan un peligro adicional.
La institución solicitó la incautación de miles de unidades por incumplir las regulaciones federales que prohíben juguetes con piezas pequeñas en artículos destinados a menores de tres años. Peter A. Feldman, presidente interino de la comisión, fue contundente: “Estos muñecos Labubu falsos son peligrosos, ilegales y no tienen cabida en hogares en Estados Unidos. Ningún padre debería tener que preguntarse si un juguete le impediría respirar a su hijo”.
El comunicado también incluyó recomendaciones para identificar los productos falsificados. Los muñecos auténticos de la marca Pop Mart cuentan con una calcomanía holográfica, un código QR escaneable que dirige al sitio oficial y, en las ediciones más recientes, un sello UV en uno de los pies. En cambio, las imitaciones suelen mostrar colores demasiado intensos, defectos en el acabado o un número incorrecto de dientes: los originales tienen nueve.
La CPSC aconsejó a los consumidores no adquirir estos artículos, suspender su uso de inmediato en caso de tenerlos y optar únicamente por vendedores autorizados. También recomendó desconfiar de ofertas con grandes descuentos y revisar siempre el etiquetado de seguridad en juguetes con piezas pequeñas.
Con esta medida, las autoridades buscan prevenir accidentes y reforzar la importancia de comprar productos infantiles únicamente en canales confiables, recordando que en el caso de juguetes la autenticidad puede ser la diferencia entre diversión y un riesgo mortal.