
CDMX a 13 de octubre, 2025.- Marcelo Ebrard, secretario de Economía, soltó en el foro “Capital de la inversión: Crecimiento y récord histórico” que su administración trabaja en un nuevo modelo de visado que facilite la llegada de trabajadores extranjeros al país. No lo presentó con detalles, pero dejó claro que México busca abrir puertas: “México va a ser un país cada vez más abierto a atraer talento”, afirmó.
El movimiento responde a un contexto global complejo. Ebrard destacó que las tensiones geopolíticas, los conflictos comerciales y el avance tecnológico representan riesgos, pero también oportunidades para México si sabe capitalizarlas. En ese sentido, insistió en que el país debe ir más allá del modelo manufacturero tradicional y reforzar sus capacidades en sectores de alto valor agregado.
Hoy México ya tiene visas que permiten trabajar, según reglas vigentes del Instituto Nacional de Migración (INM). Por ejemplo, la Visa de Residencia Temporal con permiso para actividades remuneradas se otorga cuando hay una oferta laboral aprobada, para estancias de más de 180 días hasta 4 años. También hay otras modalidades de visa de visitante sin permiso remunerado o visas de larga duración. Pero el esquema que propone Ebrard implicaría cambios estructurales en los criterios, plazos y condiciones para que México se vuelva más competitivo frente a otros destinos.
Una de las incógnitas más relevantes: ¿cómo se diseña ese nuevo esquema para proteger los derechos laborales de quienes vengan del extranjero? ¿Qué garantías habrá frente a abusos? ¿Cómo coordinarán gobierno federal, estados y empresas? Y, sobre todo, ¿cómo se hará para que no quede solo en discurso? Hasta el momento no hay fechas ni borradores públicos del proyecto.
El secretario también habló sobre el T-MEC, reconociéndolo como un tratado “como un matrimonio difícil”, pero esencial para mantener la estructura trilateral. Frente a las amenazas de Donald Trump de dividir el acuerdo entre México y Canadá, dejó claro que no existe camino legal sin la participación de las tres naciones.
Durante una gira reciente por Japón, Ebrard enfatizó que México también debe construir su imagen como lugar atractivo para innovación, ciencia y tecnología. Su visión: que los talentos internacionales encuentren condiciones propicias para crear, emprender y producir aquí.
En redes y entre especialistas ya surgen críticas y preguntas. Algunos señalan que un esquema mal planeado puede generar desigualdad, explotación laboral o competencia desleal con trabajadores locales. Otros celebran la ambición de abrir fronteras y diversificar fuentes de talento.
Si el plan de Ebrard se concreta, México podría sumarse a los países que compiten por atraer talento global con incentivos, movilidad eficiente y visas ágiles. Pero el desafío es grande: transformar la normativa migratoria, proteger derechos, generar claridad y evitar que sea letra muerta. El tiempo dirá si lo que quedó como promesa se convierte en política pública real.