
Estados Unidos no reabrirá la frontera con México para las importaciones de ganado hasta que el gusano barrenador se haya desplazado más al sur, confirmó la secretaria de Agricultura de ese país, Brooke Rollins.
El cierre, que comenzó el 11 de mayo, fue una medida tomada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) debido a la propagación de la plaga en el sureste mexicano. El gusano barrenador —conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax— es una larva que se alimenta de carne viva en animales de sangre caliente, provocando graves lesiones, infecciones e incluso la muerte si no se trata a tiempo. Entre los más afectados están bovinos, ovinos, caprinos y equinos, lo que ha encendido las alertas sanitarias.
En un inicio, la medida fue anunciada solo por 15 días, pero la restricción se ha prolongado indefinidamente debido a que los casos continúan apareciendo en zonas cercanas a la frontera. Pese a ello, gracias a un acuerdo bilateral, se logró reabrir parcialmente algunos cruces específicos: Agua Prieta, Sonora; Puerto Palomas y San Jerónimo, Chihuahua; Acuña, Coahuila; y Colombia, Nuevo León.
De acuerdo con especialistas del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), el gusano barrenador es una de las plagas más peligrosas para la ganadería, ya que afecta directamente la producción y el comercio internacional. Su control requiere campañas masivas de vigilancia, sacrificio sanitario y liberación de moscas estériles para cortar el ciclo reproductivo.
La Asociación Mexicana de Productores de Ganado ha señalado que el cierre de la frontera impacta fuertemente en las exportaciones hacia Estados Unidos, ya que este país es el principal comprador del ganado mexicano. Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), en 2024 México exportó casi 1.3 millones de cabezas de ganado bovino a Estados Unidos, con un valor superior a 900 millones de dólares.
Mientras tanto, autoridades mexicanas trabajan en cercos sanitarios, inspecciones en ranchos y capacitación a productores para detectar casos a tiempo. Sin embargo, EU ha dejado claro que la reapertura total dependerá de que el brote avance lo suficiente hacia el sur y deje de representar un riesgo para la ganadería estadounidense.