
CDMX a 20 de agosto, 2025.- Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI y senador, tuvo palabras claras: el PRI no entrará a la discusión de la propuesta de reforma electoral impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum. La calificó como una “gran farsa” y aseguró que su partido no ha recibido ninguna convocatoria ni diálogo por parte de la Comisión Especial para la reforma electoral, encabezada por Pablo Gómez.
Moreno planteó que esta iniciativa tiene un objetivo muy claro: consolidar un poder absoluto y romper con el sistema democrático actual. Según él, no representa una propuesta seria ni responsable que garantice transparencia, competencia o equidad. Incluso advirtió que esto es un experimento político parecido al de Venezuela, y que el PRI llevará denuncias a instancias internacionales.
Para agregar, Moreno ve los llamados foros de discusión como una puesta en escena sin fondo, una nueva simulación —tal como ocurrió, en su opinión, con la reforma de telecomunicaciones—, y reitera que no participarán.
En paralelo, la oposición no se limitó al PRI. El PAN también denunció que fueron ignorados —hasta los propios de la 4T— para debatir esta reforma. Jorge Romero, dirigente panista, calificó de “patético” que se desestime a los grupos legislativos, mientras se impulsa una reforma constitucional por una comisión ejecutiva sin diálogo real.
Este rechazo ocurre en un contexto donde Morena enfrenta tensiones internas, y el entramado de operadores como Adán Augusto López sigue siendo clave para las negociaciones legislativas. La reforma electoral sigue siendo uno de los temas calientes en la agenda nacional, pero a estas alturas pinta como un campo minado político más que como una propuesta de consenso democrático.