
CDMX a 5 de septiembre, 2025.- Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum no disimuló la sorpresa al escuchar que Kenia López Rabadán —recién llegada como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados— ya se perfila con aspiraciones presidenciales para el lejano 2030. La mandataria respondió entre risas: “Todavía le falta ser presidenta de la Cámara… ya después, pero todavía le falta un año.”
Sheinbaum aclaró que cualquiera tiene derecho a soñar con ser candidato, pero nos advirtió que todavía faltan cinco años, y claro, el pueblo decide al final del día. Además, hizo hincapié en que en Morena las reglas para elegir candidatos están bien definidas, mientras que en otros partidos esa claridad brilla por su ausencia. Y remató con un tono juguetón: “¿No les llama la atención que apenas va a ser presidenta de la Cámara y ya anda ‘futureando’? Llama la atención. Vamos a dejarla ahí.”.
Por su parte, Kenia López Rabadán mantenía la compostura y el discurso institucional. En la inauguración del Foro Transparencia en Acción, ella afirmó: “Soy una parlamentaria de carrera… hace 28 años entré a esta Cámara… he recorrido casi todas las rutas que un legislador tiene que recorrer para llegar a la presidencia de la República.”
Este cruce trae a la mesa varias reflexiones. Primero, el oportuno nombramiento de López Rabadán como presidenta de la Cámara —una posición estratégica alcanzada apenas el 3 de septiembre de 2025— es visto como una jugada política cuidadosamente planeada por el PAN, especialmente tras el bloqueo inicial de Morena para retrasar su llegada durante eventos clave del gobierno. Segundo, su discurso de trayectoria larga y pulcra llamó la atención como un claro mensaje de preparación y ambición política.
Y aunque el 2030 parece estar en otra galaxia electoral, este cruce evidencia que el pulso político ya comenzó. Morena se enfoca en su estructura y reglas bien determinadas. El PAN ya tiene una figura con experiencia y presencia institucional que apenas empieza a ocupar espacios clave. Y el público, como siempre, será quien decida el rumbo en su momento.