
Buenavista, Michoacán — En un episodio que ha encendido todas las alarmas en la Tierra Caliente, la alcaldesa morenista Irma Moreno Mendoza sobrevivió a un ataque a balazos mientras transitaba en vehículo hacia la entrada de su municipio. Afortunadamente resultó ilesa, pero el atentado evidencia el nivel de peligro que enfrentan autoridades locales ante el creciente desafío del crimen organizado.
Según la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, fuerzas estatales y federales reforzaron los operativos tras la agresión, y confirmaron que no hubo lesionados ni muertos.
El ataque ocurrió sobre la carretera Apatzingán–Buenavista, justo cuando la alcaldesa y sus acompañantes arribaban al municipio. Un comando armado abrió fuego contra su camioneta. Versiones locales señalan que Moreno Mendoza ya había recibido amenazas de muerte con anterioridad, por lo que goza de protección especial.
Los pobladores de Buenavista reportan que la inseguridad no es cosa nueva: han sido más de una decena de ataques en lo que va del año contra policías municipales y bases de seguridad, incluyendo agresiones directas contra casetas en las vías de salida hacia Tepalcatepec y Apatzingán. Algunas casetas ya han sido abandonadas por la Policía Municipal ante los riesgos constantes.
Debido a este clima de violencia, la presidencia municipal permaneció cerrada, la policía abandonó casetas de vigilancia, y hubo destrucción de patrullas que operaban en la zona.
Habitantes y autoridades locales apuntan al líder criminal Juan José Farías “El Abuelo”, al mando del Cártel de Tepalcatepec, como presunto responsable de las amenazas que pesan sobre la edil.
Este suceso revive el recuerdo del asesinato de la alcaldesa de Tepalcatepec, Martha Laura Mendoza, ocurrido este año, lo cual evidencia que los niveles de riesgo para presidentes municipales en Michoacán están en ascenso.
El municipio de Buenavista, con cabecera Buenavista Tomatlán, está ubicado en la región de Tierra Caliente, una zona marcada por confrontaciones constantes entre grupos criminales, disputas territoriales y una débil presencia institucional en muchas comunidades.
Las investigaciones continúan para esclarecer quiénes fueron los agresores, cuáles eran sus objetivos específicos, y si existen fallas en los protocolos de seguridad para proteger a funcionarios locales que, constantemente, reciben amenazas y actos violentos. Mientras tanto, la alcaldesa se mantiene bajo protección reforzada y las fuerzas estatales y federales patrullan la zona con mayor presencia.