
La federación World Boxing (WB), la nueva organización avalada por el Comité Olímpico Internacional (COI) para supervisar las competencias de boxeo en los Juegos Olímpicos, ha dado un paso sin precedentes al implementar pruebas obligatorias de sexo para todos los boxeadores que deseen participar en sus torneos oficiales. Desde este martes, tanto hombres como mujeres deberán someterse a este examen como requisito indispensable para competir.
El objetivo principal de esta medida, según la federación, es garantizar la seguridad de los participantes y asegurar condiciones de competencia justas. La WB será la primera federación olímpica en aplicar esta política de manera formal. El procedimiento consiste en realizar una prueba genética mediante PCR, similar a las que se utilizan para detectar enfermedades virales, pero en este caso enfocada a identificar el gen SRY, ubicado en el cromosoma Y, que está directamente asociado a las características sexuales masculinas. Las muestras podrán tomarse a través de saliva, sangre o mediante un hisopo nasal o bucal.
Los boxeadores que presenten material genético relacionado con el cromosoma Y o que padezcan una diferencia de desarrollo sexual (DSD) con perfil hormonal masculino deberán competir en la categoría masculina. Por su parte, las mujeres con cromosomas XX o con DSD sin exposición a andrógenos masculinos podrán hacerlo en la categoría femenina. Para World Boxing, esta clasificación estricta es fundamental para mantener la integridad del deporte. La federación aclaró que no permitirá inscripciones de atletas que no cuenten con la certificación cromosómica correspondiente.
Este protocolo ha sido desarrollado por el Comité Médico y Antidopaje de la WB, que reunió datos de diversas fuentes y consultó a expertos internacionales para respaldar la decisión. Si en el proceso de verificación surgen casos complejos, como mujeres con la presencia de material genético del cromosoma Y, el expediente pasará a revisión por especialistas clínicos independientes, quienes realizarán pruebas adicionales para evaluar el perfil hormonal, anatómico y endocrino de la persona involucrada.
El anuncio de estas pruebas se realizó el pasado 30 de mayo y recordó el caso reciente de la boxeadora argelina Imane Khelif, quien ganó la medalla de oro en la categoría de 66 kilos en los Juegos de París, pero fue objeto de especulaciones sobre su género debido a sus niveles elevados de testosterona. El COI confirmó su victoria tras no encontrar evidencia de que se tratara de una atleta transgénero ni de alteraciones biológicas en su sexo de nacimiento. A pesar de ello, el presidente de la WB, Boris van der Vorst, ofreció disculpas públicas a la Federación Argelina por haber cuestionado públicamente a la deportista sin pruebas definitivas.
La WB, que comenzó a operar en 2023 tras la inhabilitación de la International Boxing Association (IBA), organizará su primer Campeonato Mundial en Liverpool, Reino Unido, del 4 al 14 de septiembre de este año. Por primera vez, hombres y mujeres competirán de manera simultánea en el mismo evento.
Este movimiento de World Boxing se suma a la tendencia de otras federaciones internacionales que comienzan a implementar pruebas similares. Por ejemplo, World Athletics, la federación internacional de atletismo, también anunció que exigirá pruebas genéticas obligatorias para los próximos Mundiales de Tokio, que se celebrarán en septiembre.
El tema abre un debate sobre los límites de la biología, la inclusión y la protección de la equidad deportiva, un escenario que el deporte olímpico apenas empieza a explorar de manera formal.