
En medio de los pasillos del Palacio Legislativo de San Lázaro, entre la expectativa por el Paquete Económico 2026 y el eco de las alertas del Segundo Simulacro Nacional 2025, la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, ofreció una reflexión que va más allá de cifras y números: cómo se gasta el dinero público y en qué se invierte para proteger a los mexicanos, especialmente en situaciones de emergencia.
Mientras los legisladores esperan la llegada del Ejecutivo Federal y sus equipos para analizar los ingresos provenientes de los impuestos de todos los mexicanos, López Rabadán subrayó que el debate no debe centrarse solo en los montos, sino en el impacto real que tiene en la vida de las personas. “El dinero del erario debe estar enfocado en los municipios, los estados y todo el país. Es una prioridad para los mexicanos salvar su vida y su patrimonio, y debe serlo para los legisladores protegerlos”, afirmó con convicción.
La diputada recordó su propia experiencia durante el sismo del 19 de septiembre en años pasados, cuando vivía en un séptimo piso en la Alcaldía Venustiano Carranza. “Fue impactante porque no había prevención, no se conocían los espacios seguros, no había protocolos para escuelas, oficinas o lugares públicos. No sabía correr, gritar ni empujar; simplemente no había forma de saber qué hacer”, explicó. Hoy, enfatizó, la historia es distinta. Gracias a la consolidación de protocolos de protección civil, planes como el Plan DN-III y la capacitación ciudadana, los mexicanos saben cómo actuar y dónde resguardarse, lo que se traduce en vidas salvadas.
López Rabadán hizo hincapié en la importancia de que la inversión pública se traduzca en prevención real. No se trata solo de construir edificios o comprar equipos; se trata de garantizar que, cuando ocurra un desastre natural o una emergencia imprevista, haya recursos, planes y coordinación efectiva entre autoridades y ciudadanía. “Cuanto más conocimiento, más conciencia ciudadana y más protección civil haya, más vidas salvamos”, señaló, recordando que la solidaridad desde las instituciones con el pueblo mexicano es fundamental, especialmente en fechas emblemáticas como el 19 de septiembre, que marca la memoria de los sismos de 1985 y 2017.
Además, destacó el papel de las Fuerzas Armadas en labores de auxilio y protección civil. La diputada subrayó que el reconocimiento de la población a su labor no es casual: responde a décadas de coordinación y planificación, como el emblemático Plan DN-III, que ha demostrado ser un mecanismo eficiente para salvaguardar vidas y bienes en situaciones críticas. Para López Rabadán, la protección civil no es solo un tema de infraestructura o protocolos; es también una cuestión de cultura ciudadana y de cómo se prioriza el gasto público.
En términos más prácticos, la presidenta de la Mesa Directiva recordó que, en la discusión del presupuesto, los legisladores deben tener presente que cada peso invertido debe reflejar un beneficio directo para los mexicanos. Esto incluye desde el fortalecimiento de los sistemas de alerta sísmica, capacitación en rescate y primeros auxilios, hasta la modernización de hospitales y centros de atención en emergencias. La clave, reiteró, es que los recursos lleguen a donde más se necesitan y se utilicen de manera eficiente.
Con un lenguaje cercano y cotidiano, López Rabadán hizo un llamado a la conciencia: legislar no es solo aprobar cifras en un papel, sino garantizar que el presupuesto cumpla su función social. Proteger vidas, asegurar el patrimonio y fomentar la cultura de la prevención deben ser objetivos centrales del Paquete Económico 2026, porque al final del día, cada protocolo, cada plan y cada peso invertido puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una persona.