
Un nuevo derrame de hidrocarburo encendió las alarmas ambientales en Veracruz. Esta vez, el incidente ocurrió en el río Pantepec, a la altura del municipio de Álamo Temapache, donde más de ocho kilómetros del afluente resultaron contaminados luego de una fuga en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex).
De acuerdo con reportes oficiales, el daño al ducto se originó tras las intensas lluvias registradas en la zona norte del estado, lo que provocó la pérdida de contención del hidrocarburo. La situación derivó en un despliegue de emergencia por parte de autoridades federales y estatales para evitar un impacto mayor en el ecosistema.
Pemex informó que activó de inmediato sus protocolos de seguridad industrial y ambiental, instalando junto con la Secretaría de Marina, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), y autoridades locales, dos barreras de contención, cordones oleofílicos y equipos de bombeo para recolectar el material en la superficie del río.
Aunque las maniobras principales ya se llevaron a cabo, la empresa estatal continúa los trabajos de saneamiento y remediación en las riberas del río Pantepec. Se prevé la instalación de tres barreras adicionales y la aplicación de materiales absorbentes para eliminar los residuos que aún permanecen en el agua y las orillas.
El personal técnico también realiza tareas de limpieza y monitoreo para evaluar los daños ambientales y evitar que el combustible llegue a otros cuerpos de agua cercanos. Mientras tanto, en la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) de Tuxpan opera un Puesto de Mando Unificado, donde participan elementos de los tres niveles de gobierno para coordinar los trabajos y garantizar que las comunidades afectadas reciban la atención necesaria.
En un comunicado, Pemex reiteró su compromiso con la seguridad de las comunidades, el cuidado del medio ambiente y la atención oportuna ante este tipo de incidentes. Sin embargo, la emergencia ha generado preocupación entre los pobladores de Álamo Temapache, quienes temen que los residuos del derrame afecten la flora, fauna y actividades agrícolas en la región.
Especialistas en temas ambientales señalaron que, aunque las labores de contención son clave para mitigar el impacto inmediato, la recuperación del ecosistema podría tardar semanas o incluso meses. Por ahora, las autoridades mantienen vigilancia permanente en la zona para evitar que el hidrocarburo siga avanzando aguas abajo.