
Donovan Carrillo, el patinador artístico de Zapopan, Jalisco, hizo valer su determinación este fin de semana al conseguir su segundo pase a unos Juegos Olímpicos de Invierno. Con apenas 25 años, Carrillo superó obstáculos logísticos, de infraestructura y un escenario competitivo difícil para consolidarse como figura clave del deporte mexicano en el hielo.
La clasificación se ganó en el torneo clasificatorio celebrado en Pekín, China, donde Carrillo se llevó la medalla de bronce. En ese evento, obtuvo 84.97 puntos en el programa corto y 137.39 en el programa libre, sumando 222.36 puntos totales. Esa puntuación fue suficiente para colocarse entre los cinco patinadores varones que aseguraron boleto a Milano-Cortina 2026.
Su rutina libre pooló emoción con un tributo musical a Elvis Presley (“My Way”, “Jailhouse Rock”, “A Little Less Conversation”) y aunque enfrentó penalizaciones y errores en algunos saltos, su programa corto fue impecable y fundamental para lograr el pase.
Este logro llega después de un 2025 marcado por actuaciones sólidas: terminó segundo en la Challenge Cup de Países Bajos y en el Bavarian Open de Alemania; fue sexto en la Cranberry Cup; undécimo en Four Continents; y en el Mundial su posición fue 27.º.
Carrillo tiene una trayectoria que ha llamado la atención del público internacional: es el primer mexicano capaz de aterrizar un triple axel en una competencia oficial de la ISU, y desde joven ha tenido que adaptarse entrenando en pistas escasas y condiciones poco ideales. Vive en León, Guanajuato, luego de que cerraran la pista en Guadalajara cuando él tenía 13 años, y ahora entrena en Toronto, bajo la tutela de los canadienses Jonathan Mills y Myke Gillman.
Milano-Cortina 2026 tendrá lugar del 6 al 22 de febrero, y Carrillo no solo va por repetir, sino por superar: mejorar su posición del lugar 22 en los Juegos de Pekín 2022, cuando fue el primer mexicano en llegar a la final olímpica en patinaje artístico.
Este pase olímpico refuerza su perfil como “favorito de los aficionados”, según la Unión Internacional de Patinaje (ISU), y su historia inspira crecimiento del patinaje artístico en México, cada vez con más visibilidad, entrenamiento internacional y reconocimiento.
Donovan Carrillo no solo va a Milano-Cortina por competir, va por representar lo que parece casi imposible cuando empezó: entrenar sin pista profesional, sin patrocinadores fuertes, con críticas, con dudas. Pero también lo hace como símbolo de lo que puede lograr quien persevera, quien rompe barreras geográficas, económicas, culturales, y construye algo más grande con cada salto.