
La irrupción de Internet en el terreno de las relaciones amorosas ha transformado por completo la forma en que las personas se conocen y establecen vínculos. Sin embargo, un nuevo estudio internacional sugiere que esta revolución digital no siempre se traduce en mayor felicidad para las parejas. El análisis, realizado por un equipo encabezado por la doctora Marta Kowal de la Universidad de Wroclaw y con participación de la Universidad Nacional Australiana (ANU), evaluó datos de 6,646 personas en 50 países y encontró que, en promedio, el 16% de los participantes conoció a su pareja en línea, cifra que asciende al 21% para quienes iniciaron su relación después de 2010.
Pese a la creciente popularidad de las aplicaciones de citas, los resultados apuntan a que las parejas formadas en entornos digitales reportan menor satisfacción general y menor intensidad del amor, medida a través de tres pilares: intimidad, pasión y compromiso. Según el coautor del estudio, Adam Bode, estas diferencias podrían deberse a que las parejas que se conocen fuera de línea suelen ser más homógamas, es decir, comparten rasgos como nivel educativo, contexto social y valores culturales, factores que tienden a fortalecer la compatibilidad y el apoyo mutuo.
El entorno en línea ofrece un catálogo aparentemente infinito de opciones, lo que podría facilitar encontrar la “pareja ideal”. No obstante, esta abundancia con frecuencia se convierte en una sobrecarga que dificulta la toma de decisiones y fomenta la comparación constante. A esto se suma la llamada “cultura del deslizamiento”, donde las decisiones se basan en criterios inmediatos —especialmente el atractivo físico— y en la que crece el interés por relaciones casuales y de corto plazo, en contraste con las intenciones más serias que predominaban entre los primeros usuarios de estas plataformas.
El estudio también desafía creencias previas: no halló evidencia de que los jóvenes tengan mayor probabilidad de encontrar pareja en línea que otros grupos etarios, lo que refleja que la navegación por aplicaciones y redes de citas se ha normalizado en todas las edades. Además, los investigadores advierten que en los encuentros digitales es más fácil pasar por alto señales de alerta que serían más evidentes en interacciones cara a cara, un factor que puede repercutir en la estabilidad a largo plazo.
Con las citas en línea expandiéndose en todo el mundo, los autores del estudio consideran necesario fortalecer estrategias y recursos que ayuden a mejorar la calidad de las relaciones, poniendo especial atención en aquellas parejas que se conocieron en entornos digitales, para que puedan cultivar un compromiso más sólido y satisfactorio.