Michoacán a 4 de Noviembre, 2025.- El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, sigue revelando una compleja red de violencia y venganza ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con una investigación publicada por El País, el ataque al alcalde habría sido ordenado como represalia tras la detención de René Belmonte, alias ‘El Rino’, presunto jefe de plaza del cártel en esa zona de Michoacán.
El crimen ocurrió el pasado sábado, durante la inauguración del Festival de las Velas, evento que reunía a decenas de familias en el centro de Uruapan. En cuestión de segundos, un comando armado irrumpió en el acto y ejecutó al edil frente a su esposa, sus hijos y asistentes.
El origen: la caída de ‘El Rino’ y las represalias del CJNG
La detención de René Belmonte ‘El Rino’, en agosto pasado, fue considerada un golpe importante contra la estructura criminal del CJNG en Michoacán.
Sin embargo, este operativo —realizado por fuerzas estatales y federales— habría desatado una ola de amenazas contra autoridades municipales, especialmente contra Manzo, quien semanas antes del ataque pidió apoyo al gobierno federal y estatal, incluyendo a la presidenta Claudia Sheinbaum.
“Es una detención de alto impacto, no es cualquier persona”, declaró Manzo en su momento. “Hay evidencias de que hay gente armada cercana a esta persona que opera en Uruapan”.
De acuerdo con el medio español, ‘El Rino’ era uno de los operadores más cercanos a los hermanos Ramón y Rafael Álvarez Ayala, conocidos como ‘R-1’ y ‘R-2’, socios directos de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’, líder del CJNG.
Los Álvarez Ayala mantienen influencia en distintas regiones de Michoacán y, según las fuentes citadas, estarían vinculados con antiguos gobiernos estatales del PRD, encabezados por Silvano Aureoles (2015-2021), Leonel Godoy (2008-2012) y Lázaro Cárdenas Batel (2002-2008) —este último actualmente funge como jefe de la Oficina de la Presidencia.
Un crimen frente a su familia
El atentado contra Carlos Manzo se consumó semanas después de que el alcalde denunciara públicamente amenazas. El ataque fue ejecutado frente a su familia y decenas de testigos, provocando una gran conmoción en Uruapan y en todo el estado.
Versiones periodísticas señalan que el autor material del homicidio estaría vinculado al CJNG. El periodista Luis Chaparro reveló en entrevista con Azucena Uresti que el grupo criminal habría pagado 50 mil pesos a dos sicarios para llevar a cabo el asesinato.
Silencio oficial y clima de violencia
Hasta el momento, ni la Fiscalía de Michoacán ni el Gobierno federal han emitido información oficial sobre los avances en la investigación.
El crimen del alcalde se suma a una serie de ataques contra funcionarios locales y policías en la región de Tierra Caliente, donde el CJNG y otros grupos criminales mantienen una disputa por el control territorial.
El asesinato de Manzo ha reavivado la preocupación por la seguridad de los alcaldes en México, particularmente en estados con presencia del crimen organizado. Solo en los últimos tres años, más de 20 presidentes municipales han sido asesinados en el país, según registros de organizaciones civiles.
Una petición ignorada
Fuentes cercanas al edil aseguran que Manzo solicitó apoyo de seguridad después de la detención de ‘El Rino’, pero no recibió protección federal ni estatal suficiente.
Su muerte, señalan analistas, muestra los riesgos que enfrentan las autoridades locales en regiones dominadas por el narcotráfico y la falta de respuesta efectiva por parte de los gobiernos.

