
El azúcar no solo afecta al peso, la salud metabólica o el riesgo de diabetes: también puede dañar la visión. Un estudio epidemiológico realizado en Francia sugiere que el consumo excesivo de azúcar refinado está relacionado con el aumento de casos de miopía, especialmente en hombres menores de 40 años.
Durante mucho tiempo se ha señalado a las pantallas y a la herencia genética como las principales causas de este trastorno ocular. Sin embargo, los investigadores Michel Raymond y Claire Berticat, del Instituto de Ciencias Evolutivas de Montpellier, subrayan que la dieta juega un papel determinante en la salud visual. Su análisis, basado en datos de más de cinco mil personas de la Cohorte Constances, encontró una asociación clara entre la carga glucémica y la alteración en el crecimiento de los ejes ópticos del ojo, lo que deriva en visión miope.
Según Raymond, el problema radica en la hiperglucemia provocada por el exceso de azúcar. Al aumentar los niveles de glucosa en sangre, el organismo libera más insulina para compensar. Estas hiperinsulinemias afectan a la hormona del crecimiento y modifican el desarrollo ocular. Curiosamente, el vínculo fue más evidente en hombres, mientras que en mujeres —más sensibles a la insulina— no se observó la misma relación.
El azúcar refinado ya había sido señalado en estudios previos como un factor de riesgo para la retina, junto con la exposición solar, la contaminación o el tabaco. Lo novedoso de esta investigación es que confirma la magnitud del impacto de la dieta en la salud visual, un aspecto frecuentemente subestimado frente al tiempo frente a pantallas.
En México, la miopía es uno de los problemas visuales más comunes, con una prevalencia estimada de casi el 25% de la población y afectando a cuatro de cada diez personas en distintos grados. Ante esta realidad, especialistas piden ampliar las estrategias de prevención: no solo controles oftalmológicos regulares, sino también políticas de alimentación saludable que reduzcan el consumo de bebidas azucaradas y jugos procesados.
Más allá de la estética o el rendimiento académico, cuidar la visión desde la dieta es clave para la calidad de vida. En un mundo con creciente dependencia de pantallas y dispositivos digitales, reducir el consumo de azúcar podría convertirse en un aliado inesperado para mantener la salud ocular.