
En una jornada memorable en Singapur, el clavadista mexicano Osmar Olvera escribió su nombre en la historia al consagrarse campeón mundial en la prueba de trampolín de 3 metros. Con una actuación que rozó la perfección, Olvera acumuló un total de 529.55 puntos y se alzó con la medalla de oro, terminando con la hegemonía china que había dominado la disciplina en los últimos años.
Desde su primer salto, un triple mortal y medio hacia adentro, Olvera dejó claro que no estaba dispuesto a repetir la historia de ediciones anteriores. Con una puntuación de 91.80 unidades, igualó al chino Zongyuan Wang en la cima de la clasificación. Sin embargo, en los tres saltos siguientes, algunas imprecisiones en sus entradas al agua lo relegaron temporalmente al tercer lugar, haciendo pensar que nuevamente tendría que conformarse con un lugar en el podio sin tocar la cima.
El panorama comenzó a cambiar en la quinta ronda, cuando tanto Wang como Yuan Cao —otro gigante chino de la disciplina y campeón olímpico en Río 2016— cometieron errores clave. Ese momento de debilidad fue aprovechado por el mexicano, quien respondió con un espectacular cuádruple y medio adelante que le otorgó una calificación de 102.60 puntos, la más alta de toda la final.
Con ese salto, Olvera se posicionó en primer lugar, apenas medio punto por encima de Yuan Cao. La presión era máxima para el último intento, pero el joven de 21 años ejecutó con precisión quirúrgica un doble y medio mortal hacia adelante con tres tirabuzones. Esa ejecución impecable elevó su puntuación total a 529.55 unidades, consolidando su liderazgo y dejando atrás a sus rivales.
Yuan Cao se quedó con la medalla de plata tras sumar 522.70 puntos, mientras que Zongyuan Wang, quien buscaba su cuarto título mundial consecutivo, debió conformarse con el bronce al acumular 515.55 unidades.
El oro de Olvera representa más que un triunfo individual: simboliza la ruptura de un dominio férreo que China había ejercido sobre la prueba y reivindica el esfuerzo de un atleta que ya había sido plata en los Mundiales de Fukuoka 2023 y bronce en Doha. Incluso en los Juegos Olímpicos de París, había sido desplazado al tercer lugar. Pero esta vez, en Singapur, no dejó margen a la duda. Con potencia, técnica y nervios de acero, el mexicano logró lo que parecía imposible: vencer a los titanes asiáticos en su terreno favorito.