
CIUDAD DE MÉXICO. 31MARZO2025.- Desde hoy dentro de las escuelas de nivel básico ya no se vende alimentos chatarra, pero en las inmediaciones de los planteles escolares si. FOTO: VICTORIA VALTIERRA/CUARTOSCURO.COM
A seis meses de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) prohibiera la venta de comida chatarra y refrescos en las escuelas, los resultados empiezan a reflejar cambios significativos en los hábitos alimentarios de niñas, niños y adolescentes. Sin embargo, persisten rezagos: dos de cada diez planteles continúan comercializando productos ultraprocesados, según reveló la Alianza por la Salud Alimentaria en conferencia de prensa.
La organización presentó los resultados de la Encuesta nacional para conocer las opiniones de madres y padres de familia en relación con la aplicación de los Lineamientos de alimentos permitidos y no permitidos en las escuelas del país. El estudio arrojó que solo el 49% de las madres y padres han recibido pláticas sobre las nuevas disposiciones, aunque el 90% está de acuerdo con la existencia de estos lineamientos. Además, el 71% aseguró haber cambiado las loncheras hacia opciones más saludables y 60% reportó un mayor consumo de frutas y verduras en sus hijos.
Liliana Bahena, coordinadora de la campaña Mi Escuela Saludable, destacó que los avances en apenas cuatro meses de implementación han sido mayores a los obtenidos en los últimos 15 años. “Se está logrando revertir la oferta de comida chatarra y dar entrada a alimentos y preparaciones saludables. Los beneficios se extienden más allá del aula porque contribuyen a mejorar hábitos de salud y fortalecen la economía local”, afirmó.
La relevancia de la escuela como espacio estratégico fue subrayada por organismos internacionales. Isabel Ferré, oficial de Nutrición en UNICEF México, sostuvo que la política implementada no solo garantiza el derecho a la alimentación adecuada, sino que también impacta positivamente en la salud física y mental, además del desempeño escolar. Agregó que UNICEF acompañará al gobierno en el monitoreo y evaluación de la estrategia para asegurar su efectividad y sostenibilidad.
Por su parte, Vivian Pérez Jiménez, asesora de Enfermedades No Transmisibles de la OPS, señaló que la prohibición de productos ultraprocesados con sellos de advertencia dentro de las escuelas representa un paso decisivo hacia entornos que promuevan hábitos alimenticios sanos.
El reto es urgente: actualmente, 12.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 19 años viven con sobrepeso u obesidad. Se estima que, de no actuar a tiempo, para 2035 más de la mitad de esta población podría enfrentar esta condición, con graves consecuencias para su salud y el sistema de salud pública.
Con más de 4 millones de estudiantes que pasan hasta ocho horas diarias en las escuelas durante gran parte del año, los especialistas destacan que este entorno ofrece una oportunidad única y costo-efectiva para transformar los hábitos alimentarios de las nuevas generaciones y reducir las desigualdades sociales y de salud a largo plazo.