
La Selección Mexicana Sub-15 volvió a brillar en el fútbol internacional al coronarse campeona de la Concacaf, tras una impresionante victoria de 5-0 sobre su rival tradicional, Estados Unidos. Este título, que no se conseguía desde 2017, confirma la fuerza y el talento que emergen en las categorías juveniles del país.
El equipo, dirigido por Yasser Corona, presentó una alineación innovadora y diversa, compuesta por jóvenes promesas, entre ellos siete jugadores no nacidos en México, cinco de ellos titulares en el partido decisivo. Este detalle refleja la riqueza multicultural que alimenta hoy el fútbol mexicano y rompe con viejos estereotipos sobre la identidad nacional en el deporte.
El partido fue dominado de principio a fin. El jugador estrella, Juan Carlos Martínez Jr., nombrado mejor jugador del torneo, abrió el marcador con dos goles tempraneros al minuto 16 y 24, imponiendo su talento y liderazgo. Entre los goles también destacaron Paxon Ruffin y Da’vian Kimbrough, quienes anotaron al 20 y 22 respectivamente, sentenciando prácticamente el partido antes del descanso.
En la segunda mitad, el conjunto mexicano no bajó el ritmo y en el minuto 65, Lisandro Torres anotó el quinto gol que cerró la goleada y selló la victoria contundente.
Este triunfo tiene un gran significado para México, ya que marca un regreso a la cima de la Concacaf en esta categoría, y demuestra que la nueva generación de futbolistas rompe fronteras. El mensaje está claro: “los mexicanos nacemos donde se nos da la gana”, y el talento de estos jóvenes es muestra de ello.
El triunfo también fortalece las esperanzas para el futuro del fútbol nacional, proyectando a estos jugadores hacia categorías mayores y consolidando a México como potencia en la región.