
El Real Madrid ha alzado la voz con contundencia ante la propuesta de LaLiga de disputar fuera de España el encuentro correspondiente a la jornada 17 entre Villarreal y Barcelona. Este martes, el club presidido por Florentino Pérez emitió un comunicado en el que expresó “su más firme rechazo” a que el partido se juegue en el Hard Rock Stadium de Miami, calificando la medida como una vulneración del “principio esencial de reciprocidad territorial” y una alteración del “equilibrio competitivo” que rige las competiciones nacionales.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) había informado el lunes que trasladará a la UEFA la solicitud para iniciar los trámites con la FIFA y obtener la autorización para que el encuentro se dispute en Estados Unidos, una idea que LaLiga persigue desde hace años y que ahora parece encontrar un impulso definitivo. Sin embargo, el Real Madrid se convirtió en el primer club en pronunciarse públicamente en contra, asegurando que no se consultó previamente a los equipos y que la medida favorece de manera indebida a los solicitantes.
En su comunicado, el conjunto blanco subrayó que “la integridad de la competición exige que todos los partidos se celebren bajo las mismas condiciones para todos los equipos” y advirtió que modificar unilateralmente este principio “rompe la igualdad entre contendientes, compromete la legitimidad de los resultados y sienta un precedente inaceptable”. A su juicio, la celebración del partido fuera del estadio de la Cerámica implicaría “un antes y un después para el mundo del fútbol” y abriría la puerta a excepciones motivadas por intereses ajenos al deporte.
El club también recordó que cualquier cambio de esta naturaleza debería contar con el consentimiento unánime de todos los equipos participantes, además de respetar las normativas nacionales e internacionales que regulan las competiciones oficiales. En consecuencia, el Real Madrid ya ha tomado tres medidas inmediatas: ha solicitado a la FIFA que no autorice el encuentro sin el aval de todos los clubes, ha pedido a la UEFA que inste a la RFEF a retirar la solicitud y ha exhortado al Consejo Superior de Deportes a que no conceda la autorización administrativa necesaria.
Con esta postura, el Real Madrid deja claro que defenderá el cumplimiento de las reglas en todas las instancias competentes, insistiendo en que la equidad y la integridad deportiva no pueden quedar supeditadas a intereses comerciales o mediáticos.