
El estado de Texas enfrenta uno de sus episodios más trágicos en años. Las inundaciones repentinas provocadas por lluvias intensas han dejado al menos 101 personas fallecidas, entre ellas 28 niñas que se encontraban en Camp Mystic, un campamento cristiano exclusivo para menores, ubicado a orillas del río Guadalupe.
El condado de Kerr ha sido el más afectado, con 84 víctimas mortales confirmadas hasta el momento. A esta cifra se suman 17 muertes más en condados vecinos, mientras los equipos de rescate siguen buscando a desaparecidos con helicópteros, lanchas y perros entrenados.
Entre los fallecidos se encuentran 27 niñas y guías del campamento, quienes fueron sorprendidas durante la madrugada mientras dormían. Testigos relatan que el agua subió tan rápido que alcanzó las copas de los árboles y los techos de las cabañas, arrastrando todo a su paso.
“El último mensaje que recibieron algunos padres fue: ‘Nos está arrastrando el agua’”, relató un voluntario entre lágrimas.Una tragedia alimentada por el cambio climático
Las autoridades locales han advertido que las lluvias continuarán durante los próximos días, lo que complica las labores de búsqueda y rescate. Meteorólogos señalan que el terreno ya está saturado, por lo que cualquier lluvia adicional puede generar nuevos deslaves o desbordamientos.
Texas es parte del llamado “callejón de las inundaciones repentinas”, una región especialmente vulnerable a este tipo de fenómenos. Sin embargo, el cambio climático ha intensificado estos eventos en frecuencia y magnitud, según expertos.
Reacciones políticas y visita presidencial
El presidente Donald Trump ha declarado emergencia federal y visitará Texas este viernes. En medio de críticas por recortes previos a agencias meteorológicas, la Casa Blanca aseguró que los pronósticos se emitieron a tiempo.
“Texas está de luto. Lo ocurrido en Camp Mystic es la peor pesadilla de cualquier padre”, declaró el senador Ted Cruz.
El impacto emocional es enorme. El campamento albergaba a más de 750 personas durante el fin de semana del Día de la Independencia, una tradición veraniega profundamente arraigada en la cultura estadounidense.